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Columna
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El lunes negro de British Airways

Los futuros beneficiarios de los planes de pensiones que amenazan con llevar a British Airways (BA) a la bancarrota hicieron ver ayer a la dirección de la compañía que les tienen muy presentes. Los empleados votaron con un margen de nueve a uno a favor de lo que se podría llamar los 12 días de Navidad.

Aunque la huelga se veía venir, lo que no se esperaba es que ésta fuese refrendada por tan amplio margen. A pesar de los esfuerzos de Willy Walsh, el consejero delegado, BA ha fracasado estrepitosamente en sus intentos de hacerse con los corazones de sus tripulaciones. Y la convocatoria de la huelga llega el mismo día en que el posible coste de los dos planes de pensiones de BA ha subido hasta los 3.700 millones de libras.

El déficit no iba a dejar de ser grande, pero también es verdad que se ha visto exagerado ya que el tema de las pensiones ha coincidido este año con el suelo del mercado continuo, al que se llegó en marzo. Deutsche Bank estima que la recuperación ha cortado 1.700 millones. Sin embargo, el regulador británico de las pensiones, que debe aprobar la valoración y el plan para rellenar el hueco, temen que los cálculos que sustentan el informe de Deutsche sean demasiado optimistas.

La tarea de cerrar la brecha se antoja larga, dura e incierta. Walsh ya ha dicho que la aerolínea no puede permitirse más que los actuales 325 millones de libras anuales en pagos extras. Ampliar el límite para rellenar el agujero del actual decenio ayudaría, pero el consultor de pensiones John Ralfe calcula que llevará unos 30 años acabar con el déficit de los planes de pensiones, asumiendo, eso sí, que las contribuciones aumenten con la inflación. La alternativa es un recorte en los beneficios futuros.

La tan discutida fusión con Iberia ya parece más cercana al momento de levantar el vuelo, a pesar del riesgo de que haya más retrasos. Al menos los representantes de los pensionistas, el regulador y BA quieren llegar a un acuerdo, ya que cuanto más grande sea la compañía más posibilidades habrá de que se paguen las pensiones cuando llegue el momento. Desgraciadamente, el voto de la huelga, al que han contribuido incluso empleados a los que no les afecta el tema de las pensiones, muestra que Walsh está en guerra con una parte importante de su personal. Y eso complicará mucho que la fusión llegue a consumarse.

Fiona Maharg-Bravo

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