Sala de prensa en extinción
La sala de prensa de la Comisión Europea no tiene personalidad jurídica, pero sí histórica.
Decenas de portavoces y centenares de corresponsales de todo el mundo (entre ellos, el actual alcalde de Londres) la han convertido durante años en una formidable caja de resonancia que ha permitido a Bruselas hacerse oir por encima del resto de capitales europeas.
Sin embargo, el primer mandato de José Manuel Barroso como presidente de la Comisión Europea (2004-2009) ha dejado maltrecha la rueda de prensa diaria que el organismo celebra a mediodía. Y en los pasillos del Berlaymont se teme que el segundo mandato del portugués dé la puntilla a una cita informativa que no todos los Gobiernos de la UE observan con simpatía.
(El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, amenazó este verano con boicotear las cumbres europeas si Bruselas no cerraba la boca. "Dejaré de ir al Consejo si no se decide que ningún comisario y ningún portavoz de los comisarios pueda intervenir públicamente sobre cualquier tema. Tiene que hablar sólo el presidente de la Comisión",señaló Berlusconi, en declaraciones reproducidas por la agencia DPA.)
No parece que Barroso vaya a seguir la brutal sugerencia de su compañero de partido italiano. Pero el silencio se puede imponer de manera más sutil e igual de mortífera.
La táctica más sencillla, seguida desde 2004, es vaciar de contenido las ruedas de prensa del mediodía. Y para ello nada mejor que los "locutores de aeropuerto", como describía hace poco un corresponsal a algunos de los portavoces de la Comisión Barroso porque se limitan a anunciar la hora y lugar de las próximas comparecencias de sus comisarios.
El siguiente y temido paso puede ser la supresión de la rueda de prensa para que no quede nadie en la sala de espera. Barroso podrá entonces controlar toda la información oficial que sale del Berlaymont, sin temor a valoraciones políticas que molesten a algún Jefe de Gobierno.
La apuesta, sin embargo, parece equivocada porque Bruselas perderá visibilidad en el papel, en los bits, en las ondas y en las antenas. Y entonces, ni Barroso ni la CE pintarán nada salvo en los asuntos en que tienen poderes reales. Que son muchos menos de los que se hace pensar al gran público.
Foto: Sala de prensa de la CE (B. dM., 26-11-09).