Una capital inventada para pujar por lo 'verde'
Las agencias de publicidad se unen en la campaña 'Hopenhagen', auspiciada por la ONU.
Con un sencillo juego de palabras, las principales agencias de publicidad, auspiciadas por las Naciones Unidas, han creado una capital paralela en el propio Copenhague, capital de Dinamarca en donde se celebra estos días la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas. Hopenhagen, que remite a Hope (esperanza en inglés), pretende servir de plataforma para que los ciudadanos se unan y den su apoyo a la lucha contra el cambio climático. "Que se conviertan en participantes activos del diálogo sobre el cambio climático y logren que sus voces se oigan ante los líderes mundiales que acudan a la cumbre de Copenhague", afirmaron sus promotores.
La iniciativa surge del "reconocimiento de la enorme capacidad de concienciación que tienen los medios de comunicación y la publicidad para el ciudadano" en la lucha contra el cambio climático. Por esta razón, la ONU contó con esta industria a través de la Asociación Internacional de Publicidad (IAA, en sus siglas en inglés) para desarrollar "una campaña de comunicación accesible al gran público que promueva la preocupación y la acción" en la lucha contra el cambio climático. "Es más que una cuestión de esperanza. Es una búsqueda de acción global para llegar a un acuerdo global sobre el clima y sobre un futuro mejor para la humanidad", afirmó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en la presentación de la campaña en el festival de Cannes, en junio.
La alianza de los publicitarios mundiales precedió la búsqueda de una unión ciudadana. "La colaboración que ha tenido lugar entre las agencias de publicidad líderes en el mundo para desarrollar esta campaña no tiene precedentes y supone un testimonio del significado que la industria le da a la acción en la lucha contra el cambio climático", afirmó el director general de la IAA, Michael Lee. En la campaña han participado Ogilvy & Mather, Havas, Interpublic, Omnicom Ketchum y Publicis, entre otras. Todo su trabajo "ha sido voluntario", afirmaron.
Así, la capital de la esperanza Hopenhagen está instalada en el Bella Center, un centro de convenciones de Copenhague, y sus "orgullosos ciudadanos" exhiben su pertenencia por las calles de la ciudad. Como Siemens, uno de sus patrocinadores. En su stand de la plaza de Kongens Nytorv, un cartel hace visible su pertenencia a esta capital paralela. Además, la empresa ha instalado un gran árbol de Navidad en la plaza. Sus luces funcionan con tecnología LED, menos contaminantes, y se alimentan a través de las pedaladas que la gente da en unas bicicletas instaladas en la base del árbol.
Coca-Cola también es patrocinador y en sus anuncios colgados por la capital danesa se puede leer "A bottle of hope" (una botella de esperanza, remitiéndose al lema de la campaña global). Panasonic y Nokia comparten con la ONG WWF un oso polar de hielo que se funde hasta que sólo queda su esqueleto, como llamada de atención sobre el calentamiento global.
No sólo las empresas se han sumado al movimiento sino que Hopenhagen ya cuenta con cerca de dos millones de ciudadanos en su web, que han dejado su mensaje sobre lo que les provoca la esperanza. Cuenta con más de 41.000 fans en redes sociales como Facebook, que mandan fotos, exponen sus opiniones y siguen los progresos de la cumbre y sus actos cercanos en Twitter.
Aunque siempre queda hueco para la crónica social. Ayer, se celebraba el apoyo a la iniciativa de la actriz Rachel Adams, que lucía, a su llegada al aeropuerto de Heathrow, en Londres, una camiseta de Hopenhagen.
Acciona da voz pública
La española Acciona ha preguntado a 45.000 ciudadanos de Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Polonia, y España sobre sus opiniones sobre el cambio climático y sus esperanzas sobre el resultado de la cumbre en una acción desarrollada a través de Youtube. Además, desde el pasado día 7 hasta ayer, día 10, ha sondeado a 1.400 personas en su espacio interactivo de la plaza Kultorvet de Copenhague. En el Barómetro Copenhague de Acciona, los ciudadanos se muestran "optimistas" ante la capacidad del ser humano de cambiar el mundo, creen que podemos mirar al futuro con esperanza y que estamos a tiempo de arreglar las cosas. Sin embargo, son escépticos con respecto a los avances reales que se conseguirán en la cumbre de Copenhague.