Los ahorradores monoperfilados
A veces es difícil comprender el comportamiento de los ahorradores, al menos el de los españoles, que viven en un sistema bancarizado donde todavía existe una falta de asesoramiento palmaria. Y aunque se han dado pasos importantes para el desarrollo de una cultura financiera y una industria del asesoramiento como la de los vecinos anglosajones, lo cierto es que son muy pocos los que todavía pueden acceder a estos servicios. Aquí se vende lo que toca, lo que conviene a la entidad financiera de turno, ya sean depósitos, garantizados, seguros o planes de pensiones.
Eso sí, siempre que el riesgo de pérdida sea mínimo, no vaya a ser que los ahorradores se amotinen en las puertas de las oficinas bancarias. A juzgar por lo que se vende en España, parece que el perfil de riesgo de una amplia mayoría de los españoles es conservador; y así ha sido históricamente, pero también es cierto que las redes hacen poco por perfilar a sus clientes, y al final tenemos una masa de ahorradores monoperfilados.
El caso es que llama la atención cómo se ha estado moviendo el ahorro en los últimos meses, particularmente dentro de la industria de los fondos de inversión. Entre enero y noviembre han entrado más de 3.200 millones de euros en fondos de renta fija a largo plazo, una cifra más que considerable, si tenemos en cuenta que el conjunto de la industria ha sufrido salidas netas por casi 10.000 millones.
Pero algo no cuadra. Porque no es precisamente la renta fija a largo plazo lo que tiene mejores perspectivas. No, si tenemos en cuenta que los tipos de interés están ya muy ajustados -en deuda y crédito- y cuando no es precisamente boyante el balance de los Estados tras la barra libre utilizada para combatir la crisis. ¿Hay que volver a recordar al ahorrador que en renta fija lo único que es fijo es el cupón que recibe el inversor? ¿O quizá hay que recordar a las entidades que pasó en 1994? mrodriguez@cincodias.es