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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El misterio de las cuotas de la CAM

Parecen inmunes tanto a los terremotos financieros como a los imparables rallies bursátiles. Sortean incluso las acusaciones de entrada en pérdidas, que serían letales para la evolución en Bolsa de cualquier compañía. Las cuotas participativas de la Caja de Ahorros de Mediterráneo (CAM) son una rara avis que, casi un año y medio después de su estreno en el parqué, siguen sin parecerse del todo a la renta variable. Apenas despuntan el 4,2% desde principios de marzo, cuando el mercado inició el giro alcista que ha llevado al Ibex a ganar el 70,8% desde entonces, y tampoco se resintió de las caídas que diezmaron la capitalización bursátil de la banca en el último trimestre del pasado año.

"Es un instrumento colocado entre clientes minoristas y eso hace que apenas tenga liquidez", explica Ignacio Ulargui, analista de Espírito Santo. Las cuotas participativas de la CAM, las únicas que por el momento cotizan en la Bolsa española, se colocaron en su gran mayoría entre los propios clientes particulares de la caja. "Contamos con una base de cuotapartícipes muy estable, compuesta en su mayoría por clientes de la CAM cuya finalidad no es especular ni realizar grandes movimientos. Son un valor muy estable", defienden en la entidad alicantina. Pero las firmas de análisis, entre las que no figura ninguna que se decida a cubrir el valor, apuntan precisamente a que dicha estabilidad en la cotización se debe a la falta de liquidez, lo que le resta atractivo en el mercado de valores. "Además, es difícil convencer a un inversor institucional para que adquiera títulos sin derecho a voto", señalan fuentes de mercado. De hecho, la diferencia esencial entre las cuotas participativas y una acción es que las primeras no otorgan derechos políticos, una característica que se estableció por ley para evitar que la emisión de estos títulos se convirtiera en la antesala de la privatización de las cajas y que es motivo recurrente de debate.

La CAM cotiza con escasa liquidez porque su emisión de cuotas fue por sólo el 7,5% del capital social pero sobre todo porque la gran parte de titulares son clientes de la caja que compraron estos títulos más con el ánimo de invertir en renta fija que en renta variable. Aun así, las cuotas cuentan con grandes aliados que dan vida a su trayectoria bursátil. El bróker más activo es Gesamed Valencia, la sociedad de valores de la propia CAM, que copa el 55,3% de las ventas y el 60,7% de las compras en el último trimestre. Además, la CAM tiene un contrato de liquidez con Ahorro Corporación hasta agosto de 2010, que la caja levantina no descarta renovar.

Las cuotas no han disfrutado del 'rally', pero tampoco se desplomaron en 2008

Frente a la calma chicha de su evolución bursátil, es el pago de dividendo lo que ha aportado valor a los cuotapartícipes. La CAM repartió un dividendo a cuenta en febrero por 0,438 euros por cuota -correspondiente a los resultados del segundo semestre-, más otro dividendo complementario por igual cuantía en junio. En definitiva, una rentabilidad por dividendo del 7,5%, si bien las previsiones de beneficios auguran una remuneración mucho más austera.

Un 30% menos de beneficios este año

La CAM prevé cerrar este año con un beneficio de entre 220 y 230 millones de euros, lo que supondría una caída interanual del 30% que afectará de lleno al pago de dividendo a los cuotapartícipes, en un momento en que las cajas deben pertrecharse frente al aumento de la morosidad al tiempo que mantienen su obra social. Fuentes de la caja explican que será en el consejo de administración que se celebre el próximo febrero o marzo cuando se defina la cuantía de la retribución. La caja prevé obtener en 2010 unos resultados en línea con lo logrado en el tercer trimestre de 2009, de unos 200 millones de euros, y niega de forma tajante que vaya a entrar en pérdidas, tal y como auguró recientemente el consejero valenciano de Economía, Gerardo Camps. Por cierto, que sus palabras no sacudieron la cotización.

Las cuotas de la CAM son las únicas que cotizan en el parqué, pero las cajas abogan por que se las dote de derechos políticos que las hagan más atractivas como fórmula para fortalecer los recursos propios. No en vano, las cuotas computan en el ratio de capital básico, del mismo modo que las ampliaciones de capital de un banco, pero las cajas no han recurrido a su emisión en momentos de dificultad financiera como los vividos recientemente. "Tienen el estigma de dar pie a la privatización de las cajas. Pero podrían cobrar importancia en los próximos procesos de fusión de cajas y ante las nuevas exigencias de capital", apunta Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada y asesor de la Fed.

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