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Columna
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La subida del yen requiere medidas

¿Por qué sube el yen? Puede parecer que con el dólar sondeando las profundidades del tipo de interés cero, las libras imprimiéndose como papel de váter, el euro sobrevaluado y el yuan chino inaccesible, el yen es ahora lo más parecido que hay a un valor seguro.

Pero los tipos de interés ultrabajos de Japón están con los del dólar. El déficit fiscal japonés, que alcanza casi el 8% del PIB, ya no está por detrás del de EE UU. Y la deuda del Gobierno de Japón, que casi dobla el PIB, es dos veces más grande que el estadounidense. Y lo peor de todo: Japón es el país donde la política ha luchado durante años por acabar con la deflación -y parece que está ganando la batalla-. Los precios de consumo eran un 2,2% más bajos en septiembre que un año antes. Y la gran carga de deuda que tiene sobre sí hace de la deflación la última cosa que necesita Japón: si caen los precios y los salarios, la deuda se convierte en un problema mayor.

No es fácil entender la actual subida del yen. Una explicación podría ser que el dólar ha asumido el viejo rol del yen como moneda preferida de los especuladores.

El yen subió todavía más el jueves, cuando los inversores, asustados por el tsunami de Dubai, se retiraron al paraíso de las divisas. Subió incluso el dólar.

Los exportadores japoneses y los retailers lloran de dolor. Las autoridades han respondido con palabras. Hirosha Fuji, el ministro de Finanzas, dijo que se tomarán "medidas apropiadas" para ocuparse de los movimientos extremos de divisas.

Las palabras podrían convertirse en hechos: el Banco de Japón, quizá en concierto con otros bancos centrales, podría comprar dólares y vender yenes. El appeal de tal intervención sería casi irresistible para el yen, actualmente a 86,5 respecto al dólar, que ya pasó el nivel de los 85.

La intervención sería la opción correcta. La subida del yen es uno de tantos otros movimientos perversos en los mercados de hoy. Y Japón no se puede permitir el no contrarrestarlo.

Por Iam Campbell

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