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Tribuna
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Una oportunidad para el sistema financiero

La histórica capacidad de innovación de las entidades financieras españolas, sus modelos operativos -pragmáticos- caracterizados por un grado de industrialización y automatización de procesos -suficientemente razonables- y basados en la tecnología, la normalización de los servicios y su proclividad a compartirlos son palancas clave que han permitido situar al sistema financiero español como referencia de éxito internacional.

Aun así, la realidad es que el posicionamiento de éste se está erosionando por diferentes motivos: sobrecapacidad, exposición a determinados sectores, condiciones de los mercados financieros… que deterioran sus ratios y, sobre todo, pueden condicionar su viabilidad futura y que desembocan en procesos de reestructuración. El alcance puede ir desde un mero proceso de consolidación hasta una transformación eficiente, evolucionando las capacidades y experiencia ya existentes con el objetivo de generar un posicionamiento diferencial.

La primera condición, necesaria -aunque no suficiente-, es garantizar el éxito del propio proceso de consolidación, sin considerar ningún aspecto transformacional. Tiene que ser segura, con riesgos controlados y sin posibilidad de fallo, ni en contenido ni en plazo. Para ello es necesario concretar las distintas líneas de actuación en una hoja de ruta y que incorpore el camino crítico para dicha consolidación estructural.

Adicionalmente están los aspectos transformacionales que serán los que afloren sinergias ocultas y sitúen a la nueva institución en un posicionamiento diferencial de futuro. Ahora bien, hay que ser riguroso y encontrar el punto óptimo de equilibrio que permita abordar estas líneas de actuación con las garantías para no cuestionar la integración en si mismo. Esta hoja de ruta (el plan de integración) debe incorporar esta "transformación" identificando su camino crítico, priorizando y cuantificando ingresos y costes de cada una de las líneas.

La definición, coordinación y ejecución del plan debe ser realizada rigurosamente y liderado por alguien suficientemente experimentado en estas operaciones, respetado por los actores del proceso y capaz de comprometerse con la planificación, ejecución y resultados obtenidos durante y al final del viaje.

Sin obviar las palancas del éxito pasado, se hace necesario evolucionarlas y hacerlas más eficientes. Es necesario disponer de un modelo operativo y de un modelo de distribución que responda al modelo de entidad futuro, que permita un posicionamiento diferencial mediante la mejora de costes y el aumento de ingresos de modo sostenible. La industrialización -que facilita la optimización de estos modelos-, compartir servicios entre entidades y la transformación hacia un nuevo modelo de distribución (equilibrio red/canales, simplificación de productos, ajuste real de precios según exposición al riesgo, ajuste del nivel de servicio proporcionado a cada segmento, etc.) son palancas base de diferenciación.

En definitiva, la consolidación puede ser una oportunidad única para transformar y posicionar a las entidades de nuestro sistema financiero.

Jesús Sualdea. Socio de Accenture

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