¿Las nuevas caras de la UE?
¿Reconocen a alguno de las cuatro personas? De las sentadas, digo A las que están de pie me imagino que tampoco. Es comprensible porque los rasgos del más conocido de los ocho aparecen tapados por su mano. Al resto, aunque vayan a cara descubierta, difícilmente les pararán por las calles europeas.
Pero en contra de lo que parezca, en la foto aparecen algunas de las personas que a partir de ahora serán la voz y la imagen de Europa. En concreto, Herman Van Rompuy, primero a la izquierda, será a partir del 1 de diciembre, el primer presidente del Consejo Europeo. Y la única mujer de la foto, Catherine Ashton, se convertirá el mismo día en Alta Representante para la política exterior de la UE y a mediados de febrero o un poco más tarde en Vicepresidenta de la Comisión Europea.
¿Cómo se ha llegado a esa elección, que el hombre de los rasgos tapados califica como "la mejor posible"? Pues a través del inconfundible método comunitario. Consenso sobre mínimos, equilibrios geográficos y políticos, reconocimiento del ascendiente franco-alemán e inevitable concesión al Reino Unido.
El método de selección no es el más adecuado para llegar a candidatos de raigambre. Pero quizá no sería justo cargar demasiado las tintas contra los elegidos. Sus candidaturas han surgido porque no existía la voluntad política para dotar a la UE de una presidencia fuerte ni capacidad para dejar al poderoso lobby británico sin ningún puesto.
La primera carencia ha permitido a un personaje como Van Rompuy, de apariencia entrañable y demostrada sagacidad, alzarse con un puesto que parecía reservado nada menos que para Tony Blair. El exprimer ministro británico ha caído no tanto por su implicación en la sangrienta invasión de Irak como por sus dudosos credenciales europeístas y su improbable deseo de aunar voluntades dentro de la UE. Y, sobre todo, porque Angela Merkel desde Berlín no quería tenerle en Bruselas, donde hubiera podido convertir la presidencia de la UE en una especie de jefatura supranacional.
La inmolación de Blair ha catapultado a Catherine Ashton hasta un puesto que hace unos meses ni siquiera hubiera soñado. Su pasaporte, más que su trayectoria o su género, le han abierto el camino hacia uno de los cargos más poderosos a nivel comunitario.
Ojalá que los dos lo hagan bien. Pero como reconoció ayer José Luis Rodríguez Zapatero, tienen una tarea muy ardua por delante. "Creativa" la calificó el presidente del Gobierno. Su valoración parece piadosa.
De momento, Van Rompuy dijo ayer que espera recibir la llamada de Obama. Veremos cuanto tardea en sonar el teléfono.
Foto: rueda de prensa posterior a la cumbre europea (B. dM., 19-11-09).