_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Música y lentejas

Si el papel de internet ha sido decisivo en una industria, ésa es la musical. Las discográficas han estado viviendo una época dorada, que se ha truncado de forma abrupta en este decenio. Las cuatro majors, Sony, Warner, Emi y Universal, acostumbradas a enormes rentabilidades y a actuar con soberbia con el usuario y los artistas, se han ido viendo poco a poco arrinconados por varios factores, que amenazan seriamente la viabilidad de estos gigantes con pies de barro.

En primer lugar, el soporte obsoleto, el CD ha envejecido muy mal. Lejos del glamour y ventas sostenidas que aún hoy tiene para nostálgicos el vinilo, el CD es un soporte en vías de extinción y esta vez no habrá siquiera unos pocos nostálgicos que lo echen de menos.

También la piratería. Este es un tema extremadamente complejo que crea la paradoja de enfrentar a la industria con quienes son, o deberían ser, sus propios clientes. No hay postura más absurda que la de no navegar paso a paso de la mano de la sociedad, adaptándose a los tiempos y explorando nuevos modelos de negocios aprovechando la tecnología. Eso las majors parecen no entenderlo e insisten en demandas contra creadores de software, usuarios finales que descargan música y webs que enlazan mp3.

Para comprender el fenómeno de la piratería, la industria debe mirarse en el espejo y entender que el papel de la SGAE, que actúa cual Gestapo del siglo XXI amedrentando y demandando al consumidor final con situaciones pintorescas propias de un cómic satírico, no hace sino alimentar una defensa de las descargas ilegales por parte de ciertas élites intelectuales.

Otro problema añadido es el papel de las majors en España, sin margen de maniobra a nivel estratégico, y dependiendo exclusivamente de sus matrices en Londres y Nueva York, no tienen sus directivos más preocupación que los resultados del próximo trimestre para contentar al patrón. Eso impide la creación de un sector de distribución musical que pueda a un precio coherente evangelizar e ir convirtiendo usuarios captados desde el lado oscuro, sin amenazar, sin amedrentarles, utilizando un precio por fin razonable y respondiendo a las demandas actuales.

Tal vez por ello recomiendo lentejas, hay que adaptase a la sociedad y dejar de lamentarse de que cualquier tiempo pasado fue mejor, hoy ningún artista venderá en España un millón de copias a 18 euros. Y si las discográficas pretenden seguir con su enfrentamiento con artistas y sociedad, es el momento de hacer caso al refranero popular: "Esto son lentejas... si las quieres las tomas y si no, las dejas".

Alejando Suárez Sánchez-Ocaña. CEO de Ocio Networks

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_