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Tribuna
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El calzado europeo, amenazado

El sector del calzado europeo está amenazado. Cientos de empleos están en peligro como resultado directo de una política equivocada y mal planteada desde sus inicios para proteger a un puñado de empresas de la realidad económica del siglo XXI. A principios de noviembre la Comisión emitió una petición a los países de la UE para que se amplíen 15 meses más los aranceles antidumping sobre las importaciones de calzado de cuero chino y vietnamita, en vigor desde 2006.

La postura de la Comisión resulta sorprendente y mal fundamentada. El Ejecutivo europeo inició sus informes internos haciendo caso omiso a la mayoría de los Estados de la UE, que habían acordado que los aranceles se suprimirían al cabo de dos años. La Comisión no logra demostrar que la industria haya sufrido perjuicio alguno o tan siquiera que se hayan producido casos de dumping. Es más, la afirmación de que los precios al consumo han permanecido estables no se sostiene. Los productores, importadores y vendedores han realizado grandes esfuerzos para no trasladar a los consumidores los costes adicionales ocasionados por los aranceles, pero esta situación no puede mantenerse indefinidamente. Una ampliación de los aranceles hasta mediados de 2011 pone en peligro la capacidad de nuestro sector para proporcionar un calzado de calidad a un precio razonable. Según nuestros cálculos, y basándonos en las cifras de la propia Comisión Europea, la ampliación de estas medidas durante otros 15 meses más podría costar a los consumidores europeos y a las empresas más de mil millones de euros.

En una carta reciente al Financial Times, la directora general de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), Monique Goyens, lo explicó claramente: "Los consumidores europeos ya están atravesando una época de dificultades económicas y no necesitan una ampliación de los aranceles que inflan artificialmente los precios, sino su supresión". Los datos incluidos en los documentos de la Comisión resultan tan preocupantes como los que se han dejado fuera: el grupo de productores de la UE seleccionados para el estudio no es representativo del sector en su conjunto y la identidad de los demandantes permanece en la sombra.

¿Dónde están las pruebas? ¿Qué empresas están detrás de la demanda? ¿Cómo pueden decir que representan al sector cuando tantas empresas europeas del calzado han manifestado públicamente su oposición a los aranceles?

Exigimos respuestas claras y convincentes a estas preguntas. A pesar de la continua retórica de la Comisión, alabando los beneficios del libre comercio, la ampliación de estos aranceles únicamente complace a unos pocos elementos proteccionistas dentro de la industria, sin aportar ningún beneficio demostrable para la mayoría de las partes implicadas. Los recargos al calzado no han servido de nada, mientras que sí se ha experimentado un declive en las importaciones desde China y Vietnam en tres años y medio. Este descenso ha propiciado un aumento de las importaciones procedentes de otros países. Mientras tanto las cuotas de mercado de los productores de calzado europeo no han aumentado.

Sin embargo, lo que sí se ha producido es un nuevo crecimiento fuera de la UE. Las empresas europeas, incluidas las que abogan por la ampliación de las medidas antidumping, se han vuelto especialmente expertas en la explotación hacia los potenciales mercados emergentes, desde China hasta Rusia, donde la prosperidad y por lo tanto la demanda de los consumidores están en aumento. Desde 2006, la industria del calzado en la UE ha pagado 800 millones en aranceles a la vez que se enfrentan a un aumento de los costes de producción en una situación económica acuciante. En lugar de invertir nuestros recursos en incrementar el negocio, mantener la rentabilidad y evitar recortes de personal, los productores europeos, los importadores y vendedores se ven obligados a destinar sus recursos a pagar un impuesto proteccionista injustificado sobre los consumidores y negocios europeos.

Quienes apoyan estos aranceles están anclados en el pasado y es más, se están haciendo un flaco favor a sí mismos. El mundo ha avanzado y la industria del calzado europeo debe avanzar con él. El libre comercio es lo que ha hecho grande a Europa. Perpetuar el proteccionismo no hará a Europa grande en el futuro. La industria europea y los consumidores europeos se merecen algo mejor.

Xavier Durieu, secretario general de Euro-commerce; Jan Eggert, secretario general de la Asociación de Comercio Internacional (FTA); Mark Held, secretario general del Grupo Europeo de Outdoor (EOG); Manfred Junkert, director de la Federación de la Industria alemana de Calzado (HDS); Rudy Pagotto, director de producción de Diesel; Paul Skehan, director del Foro Europeo de Comercio Minorista (ERRT), y Horst Widman, vicepresidente de Puma y presidente de la Federación Europea de la Industria de Productos Deportivos (FESI).

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