Vivendi da un golpe de mano y arrebata GVT a Telefónica
Vivendi ha declarado la guerra a Telefónica. La francesa dio el viernes por la noche un golpe de mano y anunció que se ha asegurado el control de GVT. Ni siquiera habrá una guerra de ofertas. Vivendi tiene el 57,5% del capital y le ha quitado a Telefónica el objeto de deseo con el que pretendía tener cobertura nacional en la telefonía fija de Brasil.
Vivendi acabó el viernes con una de las principales esperanzas de Telefónica para seguir ganando crecimiento. La operadora española había fijado su vista en la compañía brasileña de telefonía fija y banda ancha GVT, para conseguir una cobertura nacional en este campo en el país de mayor crecimiento de Latinoamérica. Estaba dispuesta a pagar 2.700 millones de euros por ello, pero no podrá ser. Su antigua aliada, Vivendi, se ha cruzado en el camino. Los contactos que había tenido la francesa en noviembre para adquirir GVT, y que parecían haber truncado la opa de Telefónica, van a fructificar.
Vivendi comunicó el viernes que ha comprado un 37,9% de las acciones de GVT y que tiene opciones irrevocables para comprar otro 19,6%. "De acuerdo con las regulaciones brasileñas, Vivendi va a lanzar una oferta pública obligatoria a un precio de 56 reales por el 100% del capital de GVT", dijo la empresa en un comunicado. La oferta valora a GVT en cerca de 7.200 millones de reales o 2.800 millones de euros.
Con esta adquisición, Vivendi aumentaría su posición en telecomunicaciones. La francesa no tenía ninguna posesión en Brasil y de esta forma entra en un mercado que ambicionaba desde hace tiempo. GVT se sumaría a otras compañías de telecomunicaciones que tiene Vivendi, como Maroc Télécom y la operadora SFR.
Para Telefónica, el movimiento de Vivendi no sólo le supone quedarse sin GVT y renunciar a su cuota de telefonía fija y banda ancha, sino que conlleva añadir un nuevo competidor al ya muy agresivo mercado de telecomunicaciones de Brasil.
La pelea entre los dos gigantes comenzó en septiembre, cuando Vivendi anunció por sorpresa que había llegado a un acuerdo amistoso con los fundadores de GVT para comprar la compañía. Telefónica recibió la noticia como una traición, pero preparó un contraataque. Sin desvelar sus planes, la española formalizó una opa a 48 reales, un 14% más de lo que había dicho Vivendi que pagaría, con lo que se adelantó a cualquier movimiento de Vivendi. Los analistas dieron por hecho que la gala se retiraría de la puja, al no tener ninguna sinergia con GVT, como sí tiene Telefónica, al ser dueña de una filial de Telefonía fija en Brasil, Telesp.
Pero la firma española seguía intranquila, hasta el punto de que se lanzó una contraopa a sí misma y elevó el precio ofrecido al 50,50 reales por acción, el equivalente a 2.700 millones de euros.
En esa situación, a Vivendi sólo le quedaba entrar en una guerra de ofertas. Eso era la teoría. Como se ha visto, Vivendi se guardaba un as en la manga y parece haber ganado la partida. Ahora queda por ver cuál será la reacción de Telefónica. La operadora española no hizo el viernes comentarios. En principio, las opciones que le quedan son nulas, salvo entrar en una pugna judicial que no está claro que tenga argumentos.
Precisamente, el jueves, el regulador brasileño había comunicado que no pondría ninguna problema de competencia a Vivendi si compraba GVT. A Telefónica en cambio sí le pondría trabas.