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Columna
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La chapuza de las cajas españolas

El rescate de Caja Castilla La Mancha (CCM) ha sido tenso desde el principio. El Banco de España intervino en la pequeña caja de ahorros en marzo tras meses de rumores y de peleas políticas. Bajo el tutelaje del banco central español, Cajastur, una caja aún más pequeña, se ha hecho ahora con CCM mediante una sorprendentemente compleja operación.

Si la eficiencia fuese la única consideración, CCM habría sido completamente absorbida por una institución mayor, por ejemplo La Caixa, la más grande de las cajas de ahorros. El comprador tendría libertad total para reestructurar las operaciones.

Pero eso no pasa aquí. CCM sigue viva con sus 2.000 millones de euros en activos, incluyendo participaciones en algunas de las grandes compañías españolas. CCM obtiene también un 25% de Banco Liberta, un nuevo banco que controlará los activos bancarios de CCM. El otro 75% será para Cajastur.

La estructura del acuerdo ha sido considerada una auténtica chapuza. Pero luego el acuerdo tuvo que ser aprobado por la asamblea general de CCM, en la que hay poderosos políticos. Y éstos querían proteger la obra social de la fundación, entre otras cosas. El novedoso acuerdo ha levantado varias suspicacias, pero también tiene puntos favorables. Por ejemplo: abre el camino de las fusiones de cajas de diferentes regiones.

Asimismo, la mayoría de activos de CCM residirán en un banco comercial, aunque éste sea 100% propiedad de las cajas de ahorros. En España las cajas pueden comprar bancos, pero no al revés. Este rescate podría abrir una ventana para que los bancos comerciales que gocen de salud compren activos de alguna de las cajas más débiles, algo que antes era técnicamente posible pero que no pasaba. Este es un paso en la buena dirección, es decir, en la racionalización del inflado sector bancario español.

Fiona Maharg-Bravo

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