El 'no' de Caja Burgos obliga a Duero y España a reiniciar las conversaciones
El consejo de administración de Caja Burgos rechazó ayer por unanimidad la participación de la entidad en un proceso de integración con Caja España y Caja Duero. La negativa burgalesa obliga a estas dos últimas entidades a retomar las negociaciones para su fusión.
Vuelco en la unión a tres bandas de las cajas castellanoleonesas. El máximo órgano de gobierno de Caja Burgos acordó ayer, después de tres horas de reunión, rechazar la integración de la entidad con Caja España y Caja Duero. De poco han servido las presiones del Banco de España para que participara en proyecto.
Finalmente, se ha impuesto la visión del presidente de la entidad, José María Arribas, que juzgaba improductiva la fusión con las otras dos rivales regionales. Todos los consejeros votaron contra la iniciativa.
El directivo aclaró, tras el consejo, que la decisión se debe a divergencias de criterios en cuanto al diseño de la nueva caja, ya que el plan propuesto "no permite conseguir el modelo de gestión que necesita una crisis y una fusión en el plazo más corto posible".
Los consejos de administración de las tres entidades se habían reunido ayer simultáneamente, desde las seis de la tarde, para debatir sobre el inicio formal de la fusión. El de Caja España había acordado a las ocho seguir adelante pero, una hora después se hacía pública la decisión de Burgos de mantener su independencia.
Ante la negativa de la entidad financiera burgalesa, los consejos de las otras dos cajas realizaron una nueva votación en la que acordaron que continuarán avanzando, ya sin Caja Burgos, para alcanzar la ansiada fusión, un proyecto que comenzaron a negociar sus cúpulas directivas hace ya más de un año.
Desánimo por la decisión
Entre los responsables de Caja Duero y Caja España cundía ayer un cierto desánimo, ya que fue el supervisor bancario quien insistió en que la operación se hiciera a tres bandas, para alcanzar un volumen de activos superior a 50.000 millones. "Nos han mareado y nos han hecho perder un tiempo precioso", explicaba anoche una fuente financiera de una de estas entidades.
Aunque las entidades de Salamanca y León ya tienen hecho parte del trabajo, la espantada burgalesa les obliga a volver a negociar sobre el organigrama directivo, el reparto de poder en la asamblea de la nueva entidad y la ubicación de las sedes.
El presidente de Caja Burgos también explicó ayer que se ha perdido una oportunidad histórica de crear una nueva caja partiendo de las mejores aportaciones de cada caja, y avanzó que dejan abierta otras alternativas para fortalecer la caja en el largo plazo.
Entre las principales razones que han hecho que Caja Burgos no participe en la integración está la negativa a un reparto equitativo de los miembros de la nueva asamblea, y la ubicación de las principales sedes corporativas en Salamanca y León, según fuentes políticas burgalesas.
La Junta de Castilla y León, que patrocinó a comienzos de año la fallida fusión virtual a seis bandas (con Cajacírculo, Caja Ávila y Caja Segovia) y ahora respaldaba la unión a tres, exigía anoche "responsabilidades" a los directivos de Caja Burgos.
Clamor en internet contra la unión
A última hora de la tarde de ayer, la Red era un hervidero de internautas contrarios a la integración de las tres cajas. Tanto en los foros de las ediciones digitales de los periódicos locales, como en los grupos específicos creados en redes sociales como Facebook, la contestación popular al proyecto era mayoritaria. En esta última, un colectivo contrario a que la sede social de la nueva entidad saliera de Salamanca sumaba más de 700 integrantes, al tiempo que otro que se opone a la participación de Caja Burgos en la operación tenía 235 miembros. Las críticas contra la mala gestión de los políticos en estas entidades y contra el "intervencionismo" del Gobierno regional copaban los argumentos de unos y otros. Mientras tanto, en los portales de la prensa local burgalesa, varios participantes reclamaban la convocatoria de una manifestación para presionar a los consejeros de Caja Burgos contra la operación, mientras otros pedían a los clientes de la entidad que llevasen sus ahorros a la rival local, Cajacírculo, si se consumaba la unión a tres bandas.
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