El desembarco de Rato en la presidencia de Caja Madrid podría demorarse más de un año
El posible desembarco del ex ministro de Economía Rodrigo Rato en la presidencia de Caja Madrid, a pesar de que en ciertos ámbitos se apunta como muy próximo, podría demorarse varios meses e incluso más de un año, debido al proceso de nombramiento y a que las elecciones en la caja están paralizadas en un Juzgado.
A pesar de que parece que en el PP se ha alcanzado un acuerdo para proponer al ex director gerente del Fondo Monetario Internacional como candidato a sustituir a Miguel Blesa, que lleva presidiendo la cuarta entidad financiera de España desde 1996, la candidatura de Rato debe ser consensuada con los sindicatos y partidos firmantes del Acuerdo de Estabilidad logrado en la caja.
El pasado verano, el PP de Madrid, IU, CC OO, la Unión Independiente de Impositores y Consumidores, el PSOE y UGT alcanzaron un acuerdo para dar estabilidad a la entidad que permitirá, entre otras cosas, que todas las fuerzas participen en los órganos de dirección a través de una lista única que respete porcentajes y peso de cada una de ellas.
Además, las elecciones de la entidad están paralizadas hasta que la juez levante la suspensión del proceso electoral, en virtud del recurso que interpuso el Ayuntamiento de Madrid y al que se sumó CCOO, mientras que el de Barcelona presentó otro recurso por la misma cuestión y que ha sido admitida a trámite.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no ha retirado aún el recurso, pero lo hará "en cualquier momento", dado que considera que ahora sí está garantizada la representación del Ayuntamiento en los órganos de la entidad, si bien CCOO lo mantendrá al entender que la situación no ha cambiado porque el PP llegue a acuerdos internos.
Así, la juez podría levantar las medidas cautelares, si bien la caja reconoce que el conflicto en curso origina una "grave situación de inseguridad jurídica", ya que el proceso electoral queda sujeto a una decisión futura que aclare cómo deben distribuirse los 64 consejeros generales de la Casa Real a los que ésta renunció.
Esta decisión podría demorarse varios meses y, además, para que Rato llegue a la presidencia -en principio, por un plazo de seis años- debe ser incluido en una lista de consenso que después tendría que pasar por la Asamblea General de la caja, que debe ser convocada tres semanas antes de su celebración.
En la Asamblea General debe ser propuesto como miembro del Consejo de Administración, al que sólo puede acceder tras renunciar a sus puestos como director general senior de banca de inversión de Lazard, consejero externo de Criteria -el holding de empresas participadas por La Caixa- y en el Consejo Asesor Internacional del Banco Santander. Además, es miembro del Comité Asesor de la patronal aseguradora UNESPA.
Una vez en el Consejo de Caja Madrid, formado temporalmente por 22 representantes y al que sería propuesto como miembro de "reconocido prestigio", Rato -que aún no se ha manifestado sobre este asunto- precisaría del apoyo de 11 de sus componentes, por lo que "necesita sumar" los 4 del Ayuntamiento, los otros 4 de la Comunidad y tres más de otros grupos.
Renovación de la Asamblea General
Además, en el proceso electoral no se renueva sólo la presidencia de la entidad, sino buena parte de la Asamblea General, con 320 representantes, y más de la mitad del Consejo de Administración, proceso que podría durar varios meses independientemente de la decisión judicial.
Fuentes financieras, que valoraron la formación y experiencia de Rato, incidieron en que dirigir a la segunda caja y la cuarta entidad financiera de España tiene una gran visibilidad que puede ser muy provechosa en el mundo político, aunque mostraron su esperanza en que si ocupa este cargo lo haga a "largo plazo".
Desde la entidad se insistió en que la "batalla" que se libra por la presidencia no afecta en absoluto al negocio, ni preocupa a la plantilla ni a los clientes de la entidad.
En la caja se valora mucho más el aumento en depósitos y créditos o el hecho de que en las últimas fechas haya colocado una emisión de cédulas hipotecarias de 1.000 millones de euros o se hayan abierto nuevas líneas de financiación para pymes.
Recientemente, Caja Madrid informó de que había logrado un beneficio neto de 622,3 millones de euros hasta septiembre, un 44,8% menos que un año antes, debido a que destinó parte de sus ganancias a provisiones para atajar el impacto de la morosidad, que mejoró en comparación con el trimestre anterior.