2010 o el año del alza de los tipos
Parece asumido a estas alturas que 2010 será un año de subidas de tipos. Lo que aún no está claro es en qué momento del año que viene se producirá y, sobre todo, con qué intensidad. Mientras tanto, los inversores disfrutan de la barra libre de liquidez que brindan los bancos centrales; viven el presente, gozan de los rendimientos de un año que previsiblemente pasará a la historia por haber sido testigo de uno de los rebotes más impetuosos que se recuerdan.
Pero, ¿qué pasará cuando comiencen a subir los tipos? ¿Veremos una estampida de los inversores desde los activos de riesgo? ¿Se pinchará la hipotética burbuja de la que ya advierten los más pesimistas?
Los bancos centrales tienen que medir muy bien sus pasos a partir de ahora, porque tienen ante sí fenómenos de diferente signo: de un lado hemos asistido a una clara inflación de activos financieros, pero no se ha producido un alza paralela de los precios al consumo. Más bien al contrario. Sin haber vivido un proceso de deflación, está claro que la caída de la actividad económica ha mantenido bajo control los precios de la economía real.
Los analistas de Citi opinan en un informe que las subidas de tipos aún se harán esperar, para alivio de muchos. Porque aunque los bancos centrales pueden estar tentados de elevar las tasas para contener la formación de nuevas burbujas financieras, un alza demasiado temprana podría dar al traste con la recuperación económica, en un momento que aún se antoja delicado, con crecimiento débil, un sistema financiero que todavía no ha salido del pozo y, sobre todo, unos precios de consumo que permanecen bajos.
Es más, añaden que a los bancos centrales les conviene que se prolongue la inflación de activos porque favorecerá el saneamiento del sistema financiero.
Todo sea que los banqueros centrales no se pasen de frenada, que las burbujas se sabe cuándo estallan, pero no cuando se crean. mrodriguez@cincodias.es