El consejo de General Motors se reúne hoy para autorizar la venta de Opel
El consejo de administración de General Motors (GM) celebra hoy una reunión ordinaria en la que previsiblemente autorizará la venta de Opel al consorcio formado por el fabricante austriaco canadiense Magna y el banco ruso Sberbank.
La multinacional estadounidense desconvocó, de forma imprevista, la reunión del Foro Europeo que debía celebrarse el pasado viernes en la localidad alemana de Mainz. Los representantes de las diversas plantas tenían previsto negociar sobre una plataforma de mínimos para afrontar un plan de ahorro que Magna considera imprescindible para sacar adelante a la nueva Opel. A cambio de ello, los trabajadores recibirán el 10% de la empresa.
Aunque en un proceso tan largo y complejo como el traspaso de Opel (la mayor operación de venta realizada hasta ahora en Europa) nunca pueden descartarse sorpresas, se espera que Magna pueda hacerse con la propiedad definitiva del fabricante europeo a finales de este mes.
Ratificación de la oferta
Figueruelas fue la última planta donde se produjo el acuerdo, requisito imprescindible para afrontar las negociaciones que concretarán de dónde salen los recursos para financiar los respectivos planes de ahorro. Sobre el papel, la autorización de GM no pasa de ser un mero trámite protocolario para ratificar una oferta previamente seleccionada.
Magna y su socio ruso han mostrado urgencia por cerrar el acuerdo, prisas bastante lógicas, dada la situación de Opel. Y ahora, con el crédito puente próximo a agotarse, la negociación del plan de ahorro urge al grupo austriaco canadiense. Una vez que se cierre el acuerdo, comenzarán las negociaciones para concretar las medidas.
Un plan de ahorro de 265 millones
La firma de la venta de Opel Europa a Magna supondrá el pistoletazo de salida para una negociación que se prevé complicada: la del plan de ahorro de 265 millones de euros al año para el conjunto de las plantas. En el caso de Figueruelas, el recorte se ha situado en los 26 millones de euros. El ajuste contempla la reducción de más de 10.000 empleos sobre una plantilla de 55.000 trabajadores en el Viejo Continente, informa EP. En la fábrica zaragozana, se ha pactado que las bajas afectarán a unas 900 personas, frente a las 1.300 que se habían previsto inicialmente.