El gestor aventurero
El consejero delegado de Panrico llevará las riendas de Agrolimen a partir de enero. Perseverante, culto y con clase, será el primer ejecutivo ajeno a la familia Carulla que dirige el holding propietario de Gallina Blanca.
En sus últimas intervenciones públicas, Joan Cornudella (Barcelona, 1959) ha lanzado dos mensajes clave para el desarrollo de las empresas de alimentación: tamaño e internacionalización. De modo que cualquier oferta que implicara el doble reto iba a resultar fascinante. Agrolimen, el grupo propietario de marcas como Gallina Blanca o Pans & Company, le ha designado esta semana consejero delegado, con responsabilidad en la gestión y expansión de las empresas filiales y participadas. Cornudella, quien también formará parte del Consejo, será el primer ejecutivo ajeno a la familia Carulla (propietaria de Agrolimen) que dirigirá el holding.
"Está muy ilusionado, lo ve como un salto", aseguran sus allegados, los amigos a los que Cornudella comunicó a principios de semana su nombramiento. Un salto desde una compañía como Panrico (actualmente es consejero delegado) con marcas de prestigio, fábricas en toda España, y un buen número de profesionales, a un holding de empresas que está presente en más de 100 países, emplea a unas 7.000 personas y factura 1.778 millones de euros.
Fue en esta casa, donde Cornudella tomó contacto con el mundo empresarial. Empezó a trabajar en su filial Gallina Blanca en 1985, recién licenciado, en un momento en que la emblemática firma, la que dio origen al grupo, no tenía suerte con los nuevos productos. Todo cambió con lanzamientos de preparados como Hoy menú, de los que fue responsable. Cornudella tenía futuro en la empresa, por lo que muchos no entendieron su marcha en 1988 a Matutano España, perteneciente a Pepsico, una multinacional que traía ideas muy innovadoras en el mundo del marketing y la distribución.
Allí trabajó con Joan Sureda, personaje carismático que habría de tener mucha influencia en su carrera. Cuando años después Sureda adquirió la empresa Detersa, Cornudella le acompañó en la aventura.
En el Grupo Pepsico Matutano tuvo a su cargo distintas posiciones ejecutivas. Casi una escuela. Allí le fichó Rafael Villaseca, entonces consejero director general de Panrico, para ocuparse de la dirección comercial de la empresa de los donuts. De nuevo, la empresa familiar. Y la idea de que a algunas familias les cuesta delegar. Su experiencia en Panrico, sin embargo, desmontó el tópico. Tras el paréntesis en Detersa, regresó hace cinco años a Panrico para sustituir a Rafael Villaseca, por el que siente un gran respeto, cuando éste pasó ser a ser consejero delegado de Gas Natural. Agrolimen es su próximo reto.
Joan Cornudella estudió Derecho, aunque como ha declarado en alguna ocasión, no sabe por qué. Quizá influyó su interés por la política, inoculado por tradición familiar. Su abuelo, del que lleva su nombre, fue un destacado político socialista y llegó a ser secretario general del Estat Català (Estado Catalán), el partido político de carácter independentista fundado por Francesc Macià. Figura destacada de la resistencia al franquismo, Joan Cornudella i Barberà llegó a ser diputado al Parlamento de Cataluña por el PSCentre 1980 y 1984.
No es de extrañar que la política tentara al nieto. Joan Cornudella perteneció a las Juventudes Socialistas de Cataluña. En la política hizo grandes amigos, como Javier de Paz, ex secretario general de las Juventudes Socialistas del PSOE y hoy consejero de Telefónica. Ambos comparten su pasado en Panrico, donde De Paz llegó a ser adjunto a la presidencia en 1996, época en la que Cornudella era un hombre pepsico.
En tercero de Derecho, Joan Cornudella intuyó que la abogacía no era lo suyo y que prefería los números, así que se recicló con un Master en Dirección y Administración de Empresas de Esade en Barcelona. Hoy es un hombre de empresa, que no duda en arremangarse cuando hace falta. Que algo falla en la distribución de Panrico en un barrio de Málaga, pues Cornudella en persona acude tienda por tienda a hablar con los comerciantes. "Es un profesional con tesón y una gran capacidad de trabajo", elogia un primer espada del mundo empresarial. Pero Cornudella no es un workalcoholic al uso. "Se interesa por las cosas", añade este mismo ejecutivo. Casado y con dos hijos, es una persona culta y lectora. La lectura se encuentra entre sus grandes aficiones. Tiene una importante biblioteca -ha ido aumentando la familiar-. Entre sus preferencias, figura el ensayo y la novela (literatura clásica). Sus últimas lecturas han sido El impulso irracional, de los hermanos Brafman, Ori (economista) y Rom (psicólogo), un libro que enseña a evitar conductas irracionales, y Vida y destino del ruso Vasili Grossman.
Su otra pasión es el deporte. Su físico delata a un hombre de 50 años que tanto en la empresa como en la pista de esquí o el campo de golf intenta ser el mejor. "Debe tener un handicap 7", comenta uno de sus amigos. Uno de los momentos más importantes del año es cuando a finales de agosto acude a El Bulli a disfrutar de la cocina de su buen amigo Ferran Adrià, al que considera un genio. Sus allegados le han visto apasionarse con el relato de sus viajes exóticos, porque el hombre que gestionará Agrolimen tiene un punto de aventurero.