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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La banca se pertrecha para 2010

Las cinco grandes entidades financieras del país ganaron hasta septiembre casi 14.000 millones de euros, un 10% menos que un año antes, pese a encajar los efectos que sobre sus cuentas tiene la crisis, con un endeudamiento doméstico descomunal y un desempleo rampante, y tras haber absorbido los impagos de centenares de inmobiliarias quebradas. No es ni más ni menos que un ejemplo de la cualificada gestión de la banca española que, tras dos años completos de crisis de liquidez y actividad, ha salvado la situación con beneficios notables -eso sí, con menos dividendo- y con una sola insolvencia por imprudencia temeraria de sus ya ex gestores.

Pero todas las advertencias de los banqueros alertan de que las dificultades más duras están por llegar, con un ejercicio 2010 que sería mejor saltar en el calendario. Por ello, tras cosechar unos resultados excelentes en un paisaje como el actual, con la inestimable ayuda natural de los márgenes de intermediación y una gestión contractiva de los costes que ha permitido mejoras impensables en las tasas de eficiencia -todos, salvo Santander que ha ampliado balance y Caja Madrid, han reducido red y plantilla-, se han pertrechado para hacer la auténtica travesía del desierto.

Las grandes entidades han destinado buena parte de sus resultados a reforzar su bolsa de provisiones, pese a que no han evitado un descenso notable en las tasas de cobertura, y han ampliado sus recursos propios con instrumentos de todo tipo para hacer frente a un endurecimiento esperado de los impagados, o incluso a un cambio regulatorio que eleve los estándares de capital. Hoy, tras un ejercicio de recapitalización diferente en cada caso, todas tienen el core capital en el entorno del 8%, con ganancias de más de un punto en todos los casos, salvo Caja Madrid.

Es un umbral estimable, pero puede quedarse pequeño si la crisis sigue haciendo sangre y los créditos en mora siguen creciendo, puesto que los esfuerzos hechos en renegociación para evitar un avance mayor de los impagados son irrepetibles todos los años. Pero si la gran banca no da señales de debilidad y ofrece seguridad de que superará la crisis, la de menor tamaño, y de forma muy especial un buen número de cajas con mayor debilidad de capital, debe acelerar su reestructuración, sea mediante fusiones o mejorando su capital de primera categoría. Sólo así despejarán las dudas sobre su disposición a surtir de crédito a la actividad económica sin riesgo, y contribuirán a la recuperación.

En algunos casos deben desprenderse de lastres ajenos al negocio que pueden atenazar su gestión y desarrollo, como es el caso de Caja Madrid, donde el bochorno político ofrecido por el PP mantiene a la caja aislada del mercado. Caja Madrid, por su tamaño, es un actor necesario en la reestructuración y el Banco de España no puede echar mano de ella porque está intervenida por una pelea política ajena.

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