El boca a boca del asfalto
Ya se sabe que los cambios siempre entrañan a priori ciertas reticencias. Eso mismo pasó en la ciudad de Granada cuando un taxista se decidió a comprarse un Toyota Prius, un modelo con motor híbrido. Sus compañeros de profesión se burlaban de él, diciéndole que no merecía la pena gastarse tanto dinero en un coche, que la fiabilidad de su motor era limitada, etc. Pero con el tiempo los taxistas granadinos se fueron convenciendo de las bondades del Prius: ahorra dos litros de combustible por cada 100 km (cosa importante para quien se pasa el día conduciendo) y tiene garantizada la batería (el elemento que eleva el precio de este tipo de vehículo) durante toda la vida útil. El éxito del taxista que introdujo el Prius fue tal que hoy en día no es difícil que sea uno de esos coches los que le lleven a uno a la Alhambra.