"Hemos pasado del cierre de Figueruelas a un plan con futuro"
Tras participar en todas las reuniones que han llevado al acuerdo con Magna, Bona se muestra satisfecho con el resultado.
æscaron;nico representante español en el Comité Restringido Europeo de General Motors, Pedro Bona acaba de recibir el apoyo de sus compañeros de UGT a su gestión con el 99% de los votos y le han encomendado dirigir, durante los próximos cuatro años, la sección sindical del sindicato en la planta de Figueruelas.
¿Cuáles han sido los peores momentos de la negociación con Magna?
El proceso ha sido durísimo. Ahora puede decirse que partíamos de un planteamiento real de cierre de Figueruelas y que lo hemos ido cambiando hasta un plan industrial , donde quedan por concretar aspectos muy importantes, pero que dibuja un futuro razonable para la fábrica. Cuando el punto de partida y el final están tan alejados, los tramos difíciles del camino han sido muchos
¿Se ha llegado romper?
Las conversaciones se han roto en tres ocasiones, porque no podíamos aceptar ofertas que conducían a Figueruelas a una muerte lenta. En las reuniones celebradas a primeros de Octubre, cuando Magna nos presentó cuatro escenarios que tuvimos que desmontar ante la empresa y ante los compañeros del Comité Europeo, yo temí volver con el sabor amargo de la ruptura.
¿Qué hizo que se reanudaran las negociaciones?
La tenacidad y los argumentos razonados. Y la suerte de que, en todo momento, los Gobiernos español y aragonés respaldasen a los trabajadores. La negociación tiene protagonistas destacados: la secretaria general de Industria, Teresa Santero, que ha sido pieza fundamental, y los consejeros de Economía y de Industria, Alberto Larraz y Arturo Aliaga, además de la intervención del ministro Sebastián en el decisivo tramo final.
¿Cómo se siente un trabajador cuando carga con la responsabilidad de paralizar la mayor venta realizada en Europa para defender los intereses de su fábrica?
Muy mal, pero nuestro planteamiento era el más razonable. Hemos desmontado cada argumento en el que detectábamos equivocaciones o sospechábamos de compromisos políticos.
¿Qué perspectivas hay para el plan de ahorro?
A Figueruelas le corresponde aportar anualmente 25, 8 millones al año. Ahora tendremos que concretar de dónde sale este dinero y va a ser un proceso muy duro en cada una de las fábricas. Además, esta contribución sentará a los trabajadores en el consejo de la nueva Opel , con lo que deberán asumir también el papel de accionistas.
¿Cuál ha sido el momento más difícil?
Cuando tuve que explicar a los compañeros de Eisenach que los de Figueruelas no éramos sus enemigos. Todos somos trabajadores de la misma empresa y , si elegimos el mejor planteamiento industrial y económico, el beneficio será común.
¿Cómo ve el futuro?
Hay que ganárselo, tenemos que demostrar a Magna que somos la mejor planta de Opel y que no se ha equivocado al confiar en la fábrica.