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Columna
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Amazon calla a sus detractores

Criticar a Amazon se ha convertido para algunos en una cuestión de honor. Los más escépticos siempre ridiculizaron a la compañía considerándola una simple minorista disfrazada de empresa tecnológica. Pero la empresa ha vuelto a obtener unos resultados brillantes en el tercer trimestre, subiendo sus acciones hasta un 27%. Con las antiguas puntocom cotizando muy por detrás de Amazon, ahora la tradicional crítica parece un cumplido.

No se debería quitar importancia a las habilidades de investigación y desarrollo de la compañía. Por ejemplo, el producto más vendido es Kindle, su nuevo lector digital de libros. Y la compañía continúa invirtiendo en cosas como servicios web.

Y, con todo, el éxito de Amazon radica en su habilidad para usar las TI como medio más que como un fin en sí mismo. Su objetivo es colocar multitud de bienes a través de sus redes de distribución, sobre las que ha realizado fuertes inversiones. Por ejemplo, las recomendaciones que les llegan a los usuarios, basadas en complicados algoritmos, se traducen en un incremento perceptible del volumen de las cestas de compra. El ofrecer su sitio web y su logística a terceras empresas también ayuda a subir las ventas, como también lo hace el aumentar continuamente el número de productos en venta.

El éxito de Amazon resulta evidente al mirar sus cifras. El aumento de las ventas en un 27% durante el tercer trimestre no es consecuencia de haber atacado su renglón de rentabilidad -antes bien, los márgenes cayeron ligeramente-. Hay pocas razones para que esta tendencia varíe a corto plazo. De hecho, los inversores han respaldado el crecimiento, con el stock cotizando ahora 54 veces por encima de las ganancias de 2010.

Vender por internet más libros, más aparatos electrónicos y más equipamiento nunca sonó demasiado sexy. Pero también es verdad que áreas otrora deseadísimas por el mercado, como bases de datos, almacenamiento en red y routers tampoco suenan demasiado rompedoras. Repartir grandes beneficios, en cambio, siempre sonará bien.

Robert Cyran.

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