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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Figueruelas asegura su futuro

Nunca hay un acuerdo perfecto. Siempre hay que ceder parte para llegar al todo. Ayer, Magna y el comité de empresa de Opel España cerraron un principio de acuerdo que supondrá la pérdida de 900 empleos. Y aunque evidentemente se trata de un claro sacrificio laboral, esta cifra supone una considerable mejora frente a la propuesta presentada por la multinacional austriaco-canadiense hace sólo una semana, que cuantificaba en 1.332 trabajadores el recorte de empleo .

Pero sobre todo, y esa es la gran victoria de las negociaciones, se garantiza el futuro de Figueruelas, al menos para los próximos diez años. Magna se ha comprometido a producir en Zaragoza el 72% del futuro Corsa, que verá la luz en 2013, para lo cual mantiene las dos líneas de ensamblaje -que permitirán llegar a 478.000 vehículos año-, se garantizan inversiones para modernizarlas y se asegura la nave de prensas.

De los seis sindicatos presentes en la factoría española -UGT, CC OO, CGT, OSTA, USO, y Acumagme-, los dos primeros alcanzaron el preacuerdo y los cuatro restantes posponen su decisión hasta que sea ratificada por los trabajadores en asamblea. Y si finalmente el preacuerdo recaba el apoyo mayoritario de la plantilla, quedarían desconvocados los paros anunciados por el comité de empresa para el 28 y 30 de octubre y 3 y 5 de noviembre.

España era, de los países con factorías de Opel, el único que faltaba por cerrar un acuerdo con Magna, a pesar de que Bélgica, Reino Unido y Polonia partían de situaciones más desfavorables al principio de la negociaciones. Esta soledad ha aumentado la presión sobre el Gobierno español y especialmente su ministro de Industria, Miguel Sebastián, cuyo prestigio estaba estrechamente ligado a una solución aceptable como la firmada por el resto de sus colegas europeos. Una presión que se agudizó ante la premura de todas las partes por cerrar la venta de Opel a Magna, pendiente en parte del acuerdo de Figueruelas. Sin embargo, tanto los trabajadores españoles como la Administración -central y autonómica- han demostrado la suficiente firmeza para no precipitarse hasta haber despejado aquellos puntos que Magna no quería comprometerse a aclarar.

Todo ello no puede interpretarse, en ningún caso, como una victoria sin contrapartidas. Los trabajadores de Opel van a asumir un gran sacrificio, no sólo en términos de empleo. Así, una vez firmado el acuerdo, el comité tendrá que negociar un plan de ajuste de costes que supondrá recortes salariales. A cambio, toda la plantilla de Opel, 25.000 trabajadores en toda Europa, se quedarán con el 10% del capital de la nueva empresa. El acuerdo igualmente tendrá un coste para las arcas públicas central y aragonesa, que tendrán que contribuir con 500 millones en avales a la operación de compra.

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