Los planes de Sos sólo generan dudas y sombras
Si la Bolsa es un termómetro para medir expectativas, ayer no pudo ser más clara. Horas después de que Sos desvelara, por fin, su plan estratégico para los próximos años los inversores en el parqué madrileño la premiaron con una caída en Bolsa del 4,95%.
Nadie duda de las intenciones del nuevo equipo gestor de Sos, encabezado por el ex de Caja Madrid (principal accionista de Sos), Mariano Pérez Claver. Pero no sólo basta con que sean buenas. El mercado busca hechos y los planes del grupo de alimentación no convencen. "Es un plan bastante pobre", asegura un analista que prefiere mantenerse en el anonimato.
Uno de los puntos que más sorpresa ha generado en el mercado es la intención de Sos de desmantelarse, prácticamente, por completo. Si hace unos años la compañía, entonces presidida por el destronado Jesús Salazar, hablaba de ser el referente en el mundo de la dieta mediterránea, ahora pretende ser una compañía aceitera con marcas fuertes a escala internacional. Dejaría de tener enseñas de aceite locales con más tradición pero menos margen de beneficio.
Sos quiso ser un referente de la dieta mediterránea y ahora sólo será aceitera
De hecho, Sos puede dejar de ser Sos. La venta del negocio arrocero conllevaría un nuevo cambio de nombre sólo unos meses después de que abandonara la denominación Cuétara tras vender su popular marca de galletas.
La compañía de alimentación se reunió ayer con su banca acreedora -a la que adeuda unos 1.000 millones de euros- para reconocer que ha puesto a la venta "en un plazo razonable (...) todos aquellos negocios que no sean los aceites vegetales con marcas globales". También pretende colocar en el mercado sus activos inmobiliarios, incluidas fábricas, su negocio de olivar intensivo denominado Proyecto Tierra. Además, sigue adelante con una ampliación de capital de más de 200 millones de euros que lleva meses sobre la mesa.
La nueva dirección de Sos también tratará de inyectar aire a sus maltrechas cuentas con nuevos créditos participativos y la capitalización de los existentes o la conversión de las participaciones preferentes. "Pero falta concreción", aseguran desde una de las principales entidades financieras presentes en la reunión de ayer. "Hablaron de calendarios y planes a muy largo plazo", señalan. Sin embargo, fuentes de la compañía aseguran que el encuentro de ayer con la banca fue una "primera toma de contacto positiva" marcada por "la normalidad y el entendimiento".
Sos tampoco desveló detalles de los ingresos que podría obtener con las desinversiones. Puede que no quiera dar pistas a los posibles compradores pero, también, que no tenga planes concretos de cómo quiere llevarlas a cabo. "Creo que como máximo podrían llegar a obtener hasta 300 millones de euros", asegura un operador del mercado, "y con eso no van a conseguir su plan de reducción de deuda". Sos aseguraba al regulador de la Bolsa que planea rebajar su deuda a 600 o 650 millones en un plazo de 24 meses. De esta forma, Sos deberá llegar a un acuerdo con todos sus acreedores pero especialmente con su Comité de Negociación Restrictivo, es decir, las entidades que llevan la voz cantante en estas negociaciones. En él están presentes dos bancos españoles: BBVA y Popular.
Al margen de la vía financiera, Sos aún debe acometer una ampliación de capital con la que pretendió tapar el agujero dejado por el autopréstamo de los Salazar. Sin embargo, los 200 millones en los que Sos fija el suelo de esta ampliación podrían ser insuficientes. De hecho, los analistas creen que ésta debería alcanzar alrededor de 400 millones. Sin embargo, sí ven puntos positivos. Creen que a los actuales precios del mercado, la ampliación podría ser interesante, no sólo para los actuales accionistas, sino también para los minoritarios. No en vano, en lo que va de año los títulos de Sos han perdido el 73% de su valor.
Sos también ha desvelado al mercado su previsiones de ingresos para los próximos cinco años. El mercado las considera insuficientes pero, desde la compañía, justifican que el tiempo de lanzar campanas al aire pasó a la historia. El grupo asegura que los volúmenes de ventas acumularán hasta 2013 un crecimiento del 3,4%, hasta alcanzar los 1.563,5 millones de euros.
Mientras, el resultado bruto de explotación (Ebitda) crecerá un 6,8%, situándose en los 140,3 millones. Unas cifras que tienen en cuenta todos los negocios actuales, es decir sin desinversiones, a excepción del Proyecto Tierra.
Pero los analistas no se creen las estimaciones, las consideran "pobres" y "mal formuladas". "No tienen en cuenta el potencial del mercado del aceite en Estados Unidos, del que siempre habían destacado sus posibilidades de expansión", critican. "Pero el principal problema de Sos es que tiene demasiados frentes abiertos", recalcan. "Sus directivos están pendientes de muchos temas y así es difícil centrarse en el día a día", afirma un analista. Sin citarlo, éste hace referencia a la imputación de un presunto delito de estafa y apropiación indebida a Jesús y Jaime Salazar, presidente y ex presidente de Sos. Una imputación que, parece, no se cerrará a corto plazo.
La Audiencia Nacional acaba de empezar las diligencias por el desvío de unos 230 millones de euros desde las cuentas de Sos a una de las patrimoniales de la familia Salazar y, entre el juicio y las apelaciones, la resolución del caso puede prorrogarse casi una década. El mercado necesita certidumbres y Sos parece estar aún lejos de poder dárselas.