¿Cumbre extraordinaria para Klaus?
La presidencia sueca de la UE (bajo la desesperada mirada de la española) sigue forcejeando con el presidente checo, Vaclav Klaus, para que se comprometa a firmar de una vez el Tratado de Lisboa. Estocolmo no contempla, de momento, retrasar la cumbre europea del 29 de octubre para dar un poco más de tiempo al filibustero. Pero los suecos estudian la posibilidad de convocar una nueva cumbre tan pronto como tengan la esperada rúbrica, para poner en marcha los cambios institucionales que prevé el nuevo Tratado (nombramiento de un presidente del Consejo Europeo y de un "ministro" de Exteriores).
La cumbre extraordinaria se celebraría a primeros de noviembre si el Tribunal constitucional checo rechaza el recurso contra el Tratado presentado por los senadores próximos a Klaus. La vista de ese proceso esta prevista para el próximo día 27, sólo 48 horas antes de que arranque en Bruselas la cumbre europea en la que debían empezar a negociarse la aplicación de Lisboa.
Si los jueces checos despejan el camino, como parece probable, la UE espera ofrecer a Klaus una solución "a la irlandesa", es decir, una declaración sobre sus presuntas inquietudes que se ratificaría cuando ingrese un nuevo socio comunitario (previsiblemente Croacia; previsiblemente, en 2012). Falta por ver si eso le basta al saboteador checo o mantiene su chantaje hasta que los "geos" políticos asalten su palacio y rescaten a los 500 millones de rehenes que ha tomado.