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Motor

Figueruelas defiende sola su futuro tras pactar Magna con los sindicatos ingleses

La planta de General Motors en Figueruelas afronta hoy en solitario su futuro. Magna ha logrado un acuerdo con los sindicatos ingleses y belgas para reducir costes y la fábrica española ya es el único obstáculo para suscribir el plan de ahorro de 226 millones que concede a la plantilla el 10% de la nueva Opel.

Magna quiere cerrar la compra esta misma semana, lo que convierte la reunión de hoy en decisiva. Ha cerrado todos los flecos, incluido el sí de la comisión interministerial alemana a los créditos y avales de 4.500 millones de euros. Pero debe negociar con Figueruelas la estructura productiva y el futuro de la planta y con los gobiernos central y autonómico la concesión de ayudas. La aportación española a la nueva Opel podría superar los 700 millones.

La reunión de hoy será la más representativa de las celebradas hasta la fecha. Estarán presentes, para negociar con Magna, delegaciones del Ministerio de Industria, Gobierno de Aragón, UGT, CC OO y del comité de empresa.

En Figueruelas hay tres frentes abiertos. El primero de ellos es el rechazo a la pretensión de Magna de trasladar a Eisenach la producción del Corsa tres puertas, lo que supone entre 12.000 y 15.000 coches anuales. Este modelo contribuye a complementar la capacidad productiva de la planta, cuyo grueso son el Corsa cinco puertas y el Meriva. Además, existe una red de empresas auxiliares, cuya supervivencia se vería amenazada con el traslado. El cluster de proveedores de automoción de Aragón estima que podrían perderse hasta 5.000 empleos, cuatro por cada uno eliminado en la planta matriz.

El segundo frente es el mantenimiento de la nave de prensas. Si estas dependencias se vacían a favor de la factoría de Kaiserslautern, Figueruelas vería recortado su papel de proveedora y su liderazgo europeo. Esta cuestión ya había sido acordada con General Motors, pero Magna tiene otros planes.

La última cuestión la constituyen las dos líneas de producción en Figueruelas. Magna está dispuesta a mantenerlas temporalmente, pero supedita la segunda de ellas al lanzamiento de un nuevo modelo y a la evolución del mercado. En realidad, lo que está en juego con el mantenimiento de la actual estructura productiva no es sólo el liderazgo de la fábrica sino su propio futuro. Como fabricante de coches pequeños, donde el margen comercial es reducido, Figueruelas necesita un alto volumen de producción para ser rentable. Y estos recortes implican una decisiva pérdida de capacidad. "Nosotros oponemos al planteamiento de Magna la razón, avalada por criterios industriales y económicos", subrayó el líder de la Federación de Metal de UGT, Luis Tejedor. Así, el traslado de la parte de prensas a Kaiserslautern implica un encarecimiento cercano al 30%, mientras en Eisenach deben afrontarse inversiones que en Figueruelas están amortizadas.

Berlín, optimista ante la reunión

El ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, señaló ayer que es optimista sobre la contribución de otros países europeos a la hora de buscar un acuerdo para rescatar al fabricante de automóviles Opel. "Confío en una solución europea y las correspondientes contribuciones de nuestros socios europeos", señaló Guttenberg.La Comisión interministerial del Gobierno alemán ya ha liberado los 4.500 millones de euros en avales que había previsto para que el grupo Magna pueda afrontar la adquisición de las plantas europeas de General Motors, según informaciones recogidas por el semanario Der Spiegel que, a su vez, cita a fuentes del Gobierno alemán.La comisaria de la Competencia Neelie Kroes, por su parte, escribió la semana pasada a todos los Estados miembros con plantas de Opel, entre ellos España, para recordarles que no pueden condicionar las ayudas estatales previstas para la reestructuración del fabricante al mantenimiento del empleo o la localización de las factorías.

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