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Seguros

La crisis de la sanidad pesa a las aseguradoras

Las empresas comienzan a recortar los planes de salud de sus empleados.

La mayoría de las empresas de EE UU ofrecen a través de sus contratos cobertura sanitaria a más de 35 millones de personas en EE UU. Es un gasto del que tradicionalmente se han hecho cargo en un país en el que sólo hay sanidad pública para los mayores de 65 años, los veteranos o los muy pobres, y que desde hace una década se ha disparado por la constante escalada de las primas. A resultas de ello, algunas compañías han dejado de ofrecerlo a sus empleados más jóvenes y muchas han optado por planes más baratos y trasladan una parte del coste del seguro al trabajador.

Una de las empresas que se ha apuntado a esta última tendencia es Wellpoint, que según una comunicación interna obtenida por la agencia Bloomberg, ha reducido su plantilla y dos de sus tres generosos planes de salud que ofrece a sus empleados. Wellpoint no es una empresa cualquiera, es la mayor aseguradora de salud de EE UU.

Pero la crisis ha terminado pasando también una factura a estas entidades porque el aumento del desempleo significa que más americanos se quedan sin su seguro médico, ya que pocos se lo pueden permitir si están fuera del paraguas de una empresa y cobrando el desempleo. Así, esta aseguradora está, también, buscando una forma de recortar sus costes y subir sus márgenes.

No siempre con éxito. En Maine, una de las subsidiarias de Wellpoint, Anthem está en juicio para conseguir que se les permita elevar sus primas un 18% (el año pasado la inflación fue del 3,8% y este año ya es negativa, -1,5%), algo a lo que se niega el regulador de los seguros de este estado, que les ha permitido un máximo de subida de 10,9%.

El alcance de la crisis ha hecho que sean las propias empresas las que apoyen la reforma del sistema. De hecho, la Business Roundtable, la asociación de las mayores corporaciones del país, considera que no hay alternativa y que hay que reformar la sanidad puesto que los costes a los que hacen frente en este sentido tienen una proyección de crecimiento del 166% en la próxima década. Y no sólo será gravoso para las compañías, sino también para los trabajadores, ya que el ratio de su aportación al coste total no hará más que aumentar.

Esta asociación, a la que pertenecen General Electric, Verizon, Honeywell, Kodak y Boeing, entre otras, afirma que la subida de las primas y el traslado a los asegurados de 56.000 millones de dólares (unos 38.000 millones de euros) de gastos en los que incurre el 15% de la población no asegurada, convierte en inviable el actual sistema.

Los empresarios discrepan de algunas fórmulas que se están barajando y que se han aprobado en los proyectos de ley de la Cámara de Representantes, como la creación de un seguro público que compita con los privados. Sin embargo, han apoyado la que está previsto que mañana vote el comité financiero del Senado y debe conciliarse con las de la Cámara Baja. La propuesta del Senado no contiene un seguro público, pero establece un mandato para que, so pena de multas, casi todo el mundo se haga con uno privado al que se pueda acceder con ayudas fiscales. Con ello se espera que haya una rebaja en los costes y, de paso, se provee de un negocio estable a las aseguradoras.

Apoyos en la oposición para salvar la reforma

A la batalla de la reforma de la sanidad le quedan muchos asaltos porque hay que conciliar textos distintos de ambas cámaras del Congreso. Por ahora, las empresas han dado su apoyo a la versión del Senado y la Casa Blanca ha conseguido que cuatro republicanos sin escaño den su conformidad genérica a la reforma.Así, esperan hacerse con algún voto de una oposición casi cerrada en banda que perdió muchos de sus argumentos contra la reforma la semana pasada, cuando la Oficina Presupuestaria del Congreso aseguró que el plan del Senado reducirá en 81.000 millones el déficit en 10 años por el efecto de la caída de los costes.

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