GVT puede vetar la opa de Telefónica porque no ofrece la prima requerida
Telefónica ofrece por la brasileña GVT una prima del 52,4% sobre la media de cotización de los últimos seis meses, pero puede que no sea suficiente. Así lo consideran los estatutos de GVT, que exigen un sobreprecio del 25% sobre la cotización más alta del último año. Y la opa de Telefónica no lo cumple.
La operadora brasileña GVT se ha convertido en el objeto de deseo de dos gigantes mundiales como Vivendi y Telefónica, pero resulta que ninguna de ellas cumple con los requisitos que los estatutos de la compañía establecen en caso de opa.
Por la parte de Vivendi el problema es menor, ya que nunca ha llegado a materializar su oferta de 42 reales por acción de la brasileña y las posibilidades de que entre ahora en una guerra de opas son limitadas, según los analistas. Pero Telefónica sí ha ejecutado la suya. Su filial Telesp presentó oficialmente el miércoles una opa de 2.550 millones de euros. El periodo de aceptación es de 45 días y el plazo ya ha empezado a correr.
Precio más que generoso
La oferta de Telefónica es un 14% superior a la de Vivendi; da 48 reales por título. Si se toma la cotización media de GVT de los últimos seis meses, la prima es del 52,4%. La mayoría de los analistas coincide en que el precio es más que generoso... Pero, aun así, los estatutos de GVT dicen que debería ser más.
Y es que las normas internas de la operadora incluyen una cláusula antiopa hostil. El pago ofrecido "no puede ser inferior al 125% del precio más alto que haya alcanzado la cotización de la acción en los doce meses previos al lanzamiento de la oferta", dicen los estatutos.
Vivendi no cumplía este requisito porque sus 42 reales no suponían una prima del 25% sobre la cotización anterior a su anuncio. Y Telefónica tampoco cumple, porque el movimiento de Vivendi disparó a GVT en Bolsa. Los 48 reales de la española sí hubieran pasado el filtro de haber sido ofrecidos en agosto, por ejemplo, pero no ahora, porque en septiembre la cotización llegó a 43 reales.
De ahí el empeño de Telefónica en dejar claro que la oferta está condicionada al levantamiento por parte de la junta de accionistas de GVT de la cláusula antiopa. La española y Telesp lo reiteraron en varios documentos, pero en ninguno de ellos decía cuál era el blindaje concreto.
Sin embargo, pese a lo escrito en el reglamento interno de GVT, todo apunta a que la restricción será levantada. Fuentes conocedoras de la operación señalan que Telefónica es consciente de que no cumple el requisito, pero también que se ha asegurado de que existe un clima favorable para levantarlo.
"La cláusula es una forma de defenderse contra una opa hostil, pero no es el caso. El pago es muy generoso y si los accionistas quieren del dinero no hay ningún problema para quitar ese impedimento", añaden estas fuentes.
Telefónica tiene confianza en superar esa condición, igual que las otras dos que ha puesto: la aprobación del regulador y la aceptación de un mínimo de un 51%.
La confianza en la segunda se basa en el precio ofrecido. Para la primera, apelan a la complementariedad que tiene Telesp con GVT, que le da acceso a las zonas donde la filial de Telefónica no opera. De esa forma, no hay concentración en un sitio determinado ni problemas de competencia, arguyen. Según las cuotas de mercado, Telefónica reforzaría su posición y llegaría al 30% tanto en telefonía fija como en banda ancha, pero en ningún caso se convertiría en el líder, que seguirá siendo Oi.