La UE presiona a Praga tras el 'sí' irlandés al Tratado de Lisboa
Entre las instituciones europeas reina el alivio por el apoyo de los irlandeses al Tratado de Lisboa en un segundo referendo. La presión diplomática comunitaria se dirige ahora sobre el euroescéptico presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, para que permita la entrada en vigor del texto que reformará la Unión Europea (UE).
Un grupo de aforados conservadores checos presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional de su país contra el Tratado el 29 de septiembre. El propio Klaus, consideró el sábado en una intervención televisada el "sí" irlandés como una "equivocación".
Pero no todas las fuerzas políticas del Estado centroeuropeo piensan como él. El primer ministro checo, Jan Fischer, celebró el resultado de la votación en Irlanda y se mostró confiado en que su país ratificará el texto que agiliza los mecanismos comunitarios. "La República Checa es consciente de la responsabilidad que lleva sobre sus hombros", señala un comunicado del Gobierno liderado por Fischer.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Barroso, recordó el sábado que "somos una comunidad, una unión, no sólo uno o dos países, sino 27 países, además de las instituciones europeas, y hay un principio de buena fe en nuestro comportamiento". En su opinión, la ratificación del escrito es "una cuestión de respeto a las instituciones".
Irlanda ha sido el vigésimo quinto Estado en ratificar el Tratado de Lisboa. Además de la República Checa queda pendiente Polonia. Su presidente, Lech Kaczynski se ha comprometido a suscribir el documento.
Irlanda cambia
La crisis económica ha jugado a favor de la UE en Irlanda. Un 67% de los votantes que acudieron al referéndum respaldaron el Tratado de Lisboa. Un año antes, la misma consulta se había topado con el rechazo del 53% electorado. Esta vez, la participación rondó el 60%.