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Laboral

Cándido Méndez ve "sangrante" el contrato único

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, considera "sangrante" que la patronal, instituciones económicas y expertos defiendan la creación del contrato único, que convertiría en un "sueño inalcanzable" para los jóvenes conseguir un salario digno.

En una entrevista, Méndez apuntó que el contrato único supone una "doble agresión", ya que conlleva un abaratamiento "radical" del despido y además elimina la tutela judicial.

El líder sindical lamenta que la CEOE y otras voces planteen este contrato, que calificó de "tóxico y veneno", como el único remedio a la temporalidad para los jóvenes, a quienes alejaría de conseguir un "contrato de calidad".

El citado contrato establecía un período de prueba de dos años, dentro de los cuales el empleador puede despedir al trabajador en cualquier momento, con el único requisito de avisar con siete días de antelación y con una indemnización de ocho días.

Transcurridos los dos años, si la relación laboral continúa, el trabajador se convierte en fijo, aunque el contrato podrá extinguirse en cualquier momento, sin más obligación que preavisar al empleado con un mes de antelación y abonar 20 días de salario por año con un tope de doce mensualidades.

Por otra parte, Méndez señaló que habría que aprovechar los Presupuestos Generales del Estado de 2010 para "impulsar una reforma fiscal en profundidad" que permitiera recuperar la "equidad y que se asiente en el principio de que quien más tiene más paga".

Respaldó que se suba la tributación fiscal de las rentas del capital, aunque expresó sus "serias dudas" acerca de que el alza del IVA no vaya a "gravitar" sobre las rentas medias, que en su mayoría son clases trabajadoras, y criticó que no se toque la tributación de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV).

En este sentido, ironizó con una frase del Premio Nobel de Economía Paul Krugman: "Los que decían que la avaricia era buena y que los mercados financieros debían estar absolutamente desregulados son los mismos que decían y siguen diciendo que ocurrirán cosas terribles si se le suben los impuestos a los ricos".

En la entrevista con Efe, Méndez consideró que hay que seguir negociando para aumentar tanto el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) como las pensiones mínimas, ya que se trata de rentas que "en algunos casos son de muy escasa cuantía".

Afirmó que dentro de la política general de gasto social, se debe hacer una "revisión razonable" que permita a quienes perciben rentas que tienen como referencia al IPREM "transitar por la crisis con un poquito menos de sacrificio del que ya están padeciendo".

Para las pensiones mínimas consideró necesario que el Gobierno preserve el objetivo general de su programa electoral de subirlas gradualmente hasta llegar al 26% en la legislatura.

En cualquier caso, añadió, se trata de cantidades que "siguen siendo muy insuficientes" y una subida supone un "alivio" para quienes las cobran.

Recordó además que en términos agregados el aumento de esas pensiones no impactará "de manera significativa" en las cuentas públicas.

Por otra parte, el secretario general de UGT cree que cualquier negociación sobre el contrato a tiempo parcial debe ser para regularlo "más y mejor", ya que ahora está "desregulado y "a veces se utiliza como una semilegalización de la economía sumergida".

Méndez respondió así al ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, quien ha abogado por impulsar la contratación a tiempo parcial y estima que su "reducida utilización" requiere una reflexión "tranquila y serena".

En su opinión, se comete un "error de enfoque bastante serio" cuando se afirma que el contrato a tiempo parcial no se utiliza por problemas en su regulación.

Además avisó de que un planteamiento equivocado de este contrato provocaría un aumento de la economía sumergida. Según explicó, el contrato a tiempo parcial se ha modificado cuatro veces y tres de ellas ha sido para desregularlo.

En su opinión, "hay que hacer una regulación que proteja la jornada de los trabajadores, especialmente las mujeres", que es a quien más afecta, para que les permita conciliar su vida laboral y familiar, puntualizó. "No se utiliza porque los empresarios no lo ven interesante y los trabajadores huyen de él, porque a veces el contrato a tiempo parcial se usa como fuente de semilegalización de la economía sumergida", añadió.

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