Alguien está aconsejando mal al presidente
La política de enfrentamiento que ha adoptado el Gobierno con los empresarios es un hecho inédito en las democracias occidentales. Justo cuando España ha logrado contar con empresas de peso en el mundo, el Ejecutivo empieza a destilar una inquina contra los empresarios que cualquiera sabe de dónde le viene.
Los malentendidos, las polémicas cuasitabernarias, las interpretaciones sesgadas de las propuestas de la patronal y un cierto aire de desprecio se unen a una rústica desconfianza que el Gobierno rezuma contra los empresarios, y que no se apaga a pesar de las altisonantes proclamas a favor de las empresas españolas y su presencia exterior. Hechos son amores. Y los Presupuestos Generales del Estado para 2010 confirman ese tufillo antiempresarial.
¿Cuál es la razón? La desconozco. Pero seguramente tiene que ver con quienes pueden acceder al presidente del Gobierno con tanta proximidad como para susurrarle al oído las maldades de esos del puro y la chistera.
Últimamente no dejo de recordar la amenaza que un ministro del primer Gobierno Zapatero profirió, en privado, cuando se hablaba de bajar los impuestos de las empresas... "¿Quieren pagar menos, eh? ¡Pues se van a enterar!". Ya saben, algo sutil, así como diciendo...
Aquel exabrupto parece hoy una tabla de la ley grabada en la mesa del Consejo de Ministros. Digo que parece. Y espero que así sea. Pero de lo que sí estoy seguro es de que alguien está aconsejando mal al presidente del Gobierno. Muy mal. Y no sé con qué intenciones... aunque no descarto que sea por pura estulticia.