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Multas que crujen

Esa es la impresión entre algunas empresas y abogados. Y las críticas han arreciado a medida que Kroes ha ido subiendo el umbral de dolor y batiendo sus mejores marcas en un expediente tras otro.

Desde que la holandesa asumió el cargo a finales de 2004, las sanciones a los carteles empresariales descubiertos superan los 9.000 millones de euros en total. En 2008 batió el record tanto de multa individual (896 millones a Saint Gobain) como colectiva (1.383 millones al cartel de los parabrisas de los coches).

En otro tipo de infracciones, la comisaria también ha propinado dos castigos ejemplares a sendas multinacionales estadounidenses: 899 millones de euros a Microsoft(por desacato) y 1.060 millones a Intel(por abuso de posición dominante).

La International Chambre of Commerce, que dice representar a miles de empresas y patronales procedentes de 130 países, cuestiona en un reciente informe tanto el procedimiento sancionador de la Comisión Europea como su metodología para calcular el castigo financiero.

El documento acusa a Bruselas de erigirse en fiscal y juez. Y concluye que esa omnipotencia priva a las empresas del derecho a un juicio justo con arreglo a la Convención europea de Derechos Humanos. En consecuencia, la ICC pide que la Comisión modere sus sanciones, pues a su juicio han alcanzado una naturaleza penal, hasta que introduzca mayores garantías en su procedimiento.

Pero Kroes ha desafiado hoy a sus críticos durante una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo. "¿Que las multas son altas? Coincido plenamente. Es la única manera de que quienes hacen daño a los consumidores y a sus competidores aprendan la lección".

La comisaria ha rechazado con la misma displicencia la petición de clemencia lanzada por un europarlamentario eslovaco a favor de la compañía de su país que achaca la quiebra a una reciente multa por cartel de la Comisión Europea. "En todos los casos, pero en ese en particular, analizamos la situación financiera de la empresa antes de imponer la sanción", ha explicado Kroes. "Nuestra conclusión fue que la sanción [19,6 millones de euros] no haría un daño irreparable. Y la empresa sabía que podía esperar una sanción". La comisaria ha recordado que, en todo caso, siempre es posible pedir un aplazamiento en el pago o hacerlo en diferentes entregas.

A favor de la CE juega el hecho de que el Tribunal de Justicia de la UE ha confirmado casi siempre los cargos contras los carteles y sólo rara vez ha anulado o modificado las sanciones a la baja. Pero Bruselas no debería esgrimir esa aparente infalibilidad para ensañarse con ninguna empresa. Hay que recordar que el exceso de confianza llevó a la Comisión a cometer errores garrafales en la revisión de fusiones hasta que varios reveses judiciales bajaron los humos al organismo comunitario. Y acabaron forzándole a corregir los excesos que, según los jueces, se estaban cometiendo.

La credibilidad de la Dirección general de Competencia resultó gravemente dañada y tardó en recuperarse. Mejor sería que en el combate contra los carteles y otras prácticas ilegales no se acabara cometiendo el mismo desaguisado.

Foto: Neelie Kroes en julio 2006 anunciando una de sus multas a Microsoft (archivo de la CE).

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