La tarifa costeará 1.000 millones más de primas a las renovables
Los 4.009 millones presupuestados en la tarifa eléctrica de este año para las primas a las renovables superan ya la cifra real de 5.000 millones. Una hipoteca que representa ya más de un tercio del recibo de la luz. Sin embargo, la gran novedad es que, por primera vez, las fotovoltaicas, con una potencia instalada de sólo 3.500 MW, cobrarán más primas que las eólicas, que tienen 16.000 MW.
La fotografía en tiempo real de la tarifa eléctrica augura serios problemas al Ministerio de Industria. Los llamados costes de acceso (sin incluir los de la energía) previstos por la tarifa para este año se han disparado. Más concretamente, el capítulo correspondiente a las primas del régimen especial, que superan ya los 5.000 millones de euros, frente a los 4.009 millones estimados en el escandallo de costes de la tarifa para este año (ver gráficos).
Según los datos que maneja el departamento que dirige Miguel Sebastián, esto supone más de un tercio del recibo de la luz, pues los costes totales de la tarifa ascienden a 14.400millones (a ellos hay que sumar ahora la citada desviación de los mil millones de las subvenciones a las renovables). Este incremento se ha producido esencialmente por dos razones: por la incorporación masiva de megavatios fotovoltaicos al sistema y por la caída de los precios del mercado.
Las instalaciones del régimen especial tienen dos opciones para colocar su producción: o la venden directamente o acuden al mercado. Por esta vía, a la que recurre un 65% de la producción, las empresas reciben el precio del mercado y un incentivo. Si el precio cae, el incentivo aumenta para que las empresas cobren lo previsto. La situación, por tanto, no implica que éstas cobren más este año, sino que el origen del pago varía: lo que no obtienen en el mercado (los mil millones), lo reciben por primas vía tarifa.
Pero uno de los datos más relevantes es que, por primera vez, el volumen que cobran las fotovoltaicas, que sólo tienen una potencia instalada de 3.500MW, es superior al de la eólica, que alcanza unos 16.000MW. La termosolar se halla en un nivel inferior: 82 MW.
La tarifa de acceso se dispara
La situación es altamente comprometida para el Gobierno, pues esta cantidad pasará a engrosar el déficit de tarifa de este año, que ya no puede trasladarse a la nueva tarifa de último recurso (TUR), sino a las tarifas de acceso por el uso de las redes. Además, el real decreto ley de medidas energéticas y creación del bono social aprobado en mayo y cuyo objetivo era poner fin a la sangría del déficit de tarifa, fijaba unos topes anuales hasta 2012.
Para 2009, dicho límite es de 3.500 millones de déficit, por lo que si se supera no quedará más remedio que proceder a una fuerte subida de las tarifas de acceso. Subida que se sumaría a la de julio (entre el 10% y el 30%) y de la que se lamentan amargamente las empresas, tanto grandes como pymes, que se han quedado sin tarifa. Aunque algunas, como las que gozaban de la antigua tarifa G-4 (las conco grandes plantas siderúrgicas, del aluminio y el zinc) han firmado contratos de compra de energía en el mercado libre a precios razonables, pero han visto cómo se ha disparado la factura final por el coste de las tarifas de acceso, que no fijan los comercializadores.
Las 'limpias' y la crisis del carbón
Los presidentes y, en su caso, consejeros delegados de las grandes empresas eléctricas vuelven a verse hoy las caras con el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, y su equipo en la sede del Ministerio de Industria para abordar el colapso del carbón.A la reunión de alto nivel han sido convocados Borja Prado y Andrea Brentan, presidente y consejero delegado de Endesa; Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola (en la última estuvo acompañado por José Luis San Pedro, director de Operaciones); los dos máximos responsables de Gas Natural-Fenosa, Salvador Gabarró y Rafael Villaseca y los presidentes de HC Energía, Manuel Ménendez y de Eon España, Miguel Antoñanzas.Las empresas rechazan las medidas planteadas por el Gobierno que consisten en establecer un precio regulado para el carbón nacional fuera del mercado, compensando la pérdida de ingresos con 200 millones a través del pago por garantía de potencia. El resultado sería neutro, por lo que las empresas se quedarían sin margen comercial. æpermil;stas, sean carboneras o no, consideran que esta medida afectaría negativamente al precio del resto de tecnologías, con unas pérdidas de ingresos de unos 2.000 millones para el sector.Otra crítica que se pondrá encima de la mesa serán, precisamente, las fuertes subvenciones a las renovables, que hipotecan la tarifa y desequilibran el mercado.