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A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Reyal, ¿también para la banca?

El tortuoso camino por el que deambula la inmobiliaria Reyal Urbis recuerda al seguido por Colonial y Metrovacesa: las operaciones de compra llevadas a cabo por las compañías entre 2006 y 2007 originó una deuda de miles de millones de euros que al coincidir con el parón inmobiliario y financiero provocó que sus principales accionistas cedieran el control de la compañía a la banca acreedora.

Si nada lo remedia todo apunta a que antes de que termine el año la inmobiliaria que hoy preside y controla Rafael Santamaría podría pasar a manos de los bancos a los que debe más de 3.000 millones de euros. Para evitarlo la compañía debería lograr la suficiente liquidez en las próximas semanas como para satisfacer el pago de parte de sus deudas a las entidades financieras. Ello supondría que la empresa vendiera sus principales activos rebajando su endeudamiento y también el valor de mercado de los inmuebles que posee. Lo que reduciría el porcentaje que compara ambos índices: superar el 75% de ese ratio significaría incumplir el umbral impuesto por la banca acreedora para mantener las condiciones del préstamo otorgado de más de 3.000 millones de euros en 2006 con el que Santamaría adquirió la inmobiliaria cotizada Urbis. Al término del primer semestre del año ese ratio, comunicado por la compañía a la CNMV con motivo de sus resultados semestrales, era del 67,12%.

La necesaria obtención de liquidez por parte de Reyal Urbis resulta un trabajo doloroso. Porque el tiempo para lograrlo es escaso; porque ahora mismo a los inversores en ladrillo lo que más les atrae son inmuebles ocupados por inquilinos fiables en los pagos mensuales -Reyal dispone de ese tipo de bienes-; y porque la valoración de los activos con la que cuenta la compañía será siempre inferior a la que resultaría de una valoración actualizada.

El peor escenario, tanto para Santamaría como para la banca acreedora, parece la entrada en concurso. Un extremo que tras la experiencia de Martinsa Fadesa, que entró en concurso en julio de 2008 con unos 7.000 millones de deuda, tratan de evitar unos y otros.

La familia Sanahuja, que llegó a tener más del 80% del capital de Metrovacesa, perdió el control de la inmobiliaria a favor de seis bancos españoles, liderados por Santander, cuando no pudo hacer frente a la deuda de más de 5.000 millones de euros contraída para tomar el control de la primera inmobiliaria española.

Luis Portillo dejó la presidencia de Colonial, en la que controlaba más del 40% del capital, a finales de 2007 cuando la deuda de la inmobiliaria era cercana a los 9.000 millones de euros. Hoy La Caixa y Banco Popular son sus primeros accionistas. Paradójicamente otros de los principales accionistas de Colonial son Nozar y Global Cartera de Valores, ambas sociedades en concurso de acreedores, y la misma Reyal Urbis. Precisamente ayer la CNMV publicó la venta de un 0,53% del capital de Reyal en Colonial, porcentaje valorado en unos 1,6 millones de euros.

Rafael Santamaría lleva más de 40 años en el negocio inmobiliario. Reyal Grupo se creó en 1970 y en sus primeros 12 años de existencia realizó la mayoría de sus obras en Madrid, centrado en promociones de vivienda protegida en Getafe, Pinto, Leganés y Parla. En el consejo de administración de la compañía se sientan nombres ilustres como los de el ex alcalde de Madrid Álvarez del Manzano, Emilio Novela, miembro del consejo de varias entidades financieras o Carlos de Borbón dos Sicilias, consejero en empresas de distintos sectores.

Pero ni la amplia experiencia de Santamaría, así como el apoyo que puedan prestarle sus consejeros, pueden ser en esta ocasión suficientes para evitar que Reyal pase a manos de la banca. En ese caso se abriría un nuevo abanico de posibilidades corporativas y financieras: las tres mayores inmobiliarias del país en manos de los principales bancos españoles. ¿Vuelta a empezar?

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