_
_
_
_
A fondo

La gestión pasiva queda en entredicho

La crisis financiera de los últimos dos años y el desplome de las cotizaciones hasta el pasado 8 de marzo han puesto en entredicho el argumentario de los defensores de la gestión pasiva. Este tipo de inversión se apoya en la hipótesis de los mercados eficientes, según la cual es imposible batir consistentemente a los índices, porque los inversores son racionales y el precio de los activos refleja en cada momento toda la información existente en los mercados y las expectativas de dichos inversores.

Es un tipo de gestión que opina que es mejor aproximarse al mercado a través de una estrategia de buy and hold, o comprar y mantener, porque a largo plazo no hay gestor que pueda batir a los índices.

El problema es que el inversor que hace 10 años -un plazo suficientemente largo- hubiera optado por una estrategia de buy and hold a través, por ejemplo, de la inversión en un fondo cotizado sobre el Euro Stoxx 50 estaría, 10 años después, perdiendo dinero.

"Pongamos un ejemplo", comenta Marta Díaz-Bajo, directora de Desarrollo de Productos de Atlas Capital, en un estudio reciente sobre gestión activa y pasiva. "Para los inversores en euros el índice más utilizado es el Euro Stoxx 50. Este índice tocó un máximo de 5.464 puntos el 7 de marzo de 2000. Nueve años después, el 9 de marzo de 2009, tocó un mínimo de 1.810. Uno no va a tener la mala suerte de invertir en el máximo y desinvertir en el mínimo, pero de haber sido así, el resultado hubiera sido una pérdida nominal del 67% después de nueve años", continúa.

En el mismo estudio, esta experta analiza el comportamiento de una decena de fondos de inversión registrados en España con una vocación de gestión flexible. Es decir, que pueden invertir en todo tipo de activos y ponderarlos en cartera sin restricciones. El gestor puede estar entre un 0% y un 100% en renta variable según sus perspectivas de mercado. "No concibo la gestión activa como un proceso de selección de valores y un límite de tracking error lo que el gestor se aleja del índice de referencia que aporta más o menos valor a la cartera", explica. "En el mercado hay fondos que no se ciñen al índice de referencia, que no tienen que estar invertidos al 100% y que tienen por ello capacidad de protegerse de las caídas".

Estos fondos han logrado limitar las pérdidas que han sufrido los índices de Bolsa y, tres de ellos, incluso, han salido del trance con rentabilidades positivas. En definitiva, han aplicado con éxito estrategias de gestión activa.

"La idea de la gestión pasiva a cualquier precio ha demostrado no ser correcta", comenta Juan Laborda, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). "La clave reside en el precio al que entras en el activo. A finales de 2007 cuando los índices marcaron máximos históricos todos los activos de riesgo ofrecían un rendimiento esperado o predicho por debajo de la Letra del Tesoro. La gestión pasiva tiene sentido si entras con unos rendimientos previstos muy elevados".

No se trata de realizar lo que en inglés se conoce como market timing, o intentar coger las subidas del mercado entrando y saliendo del mismo. Hay infinidad de estudios que demuestran que esta estrategia resulta fallida. Pero más allá de la gestión pasiva, muchos gestores han demostrado que la clave del éxito reside en un adecuado control de riesgos. Y para ello hay que tener flexibilidad, o lo que es lo mismo, llevar la gestión activa hasta el extremo.

"Estos fondos han sido capaces de protegerse de las caídas, y ello les ha permitido recuperarse antes", afirma Marta Díaz-Bajo.

Archivado En

_
_