Berlín confía en convencer del plan de Magna a los países con plantas de Opel
Los sindicatos confirman que los despidos en España serán 1.672 Los responsables políticos alemanes aseguran que podrán convencer a los socios europeos con plantas de Opel de que acepten a Magna como nueva dueña de la automovilística. A la vez, los sindicatos afirman que la cifra de despidos para la planta española sigue siendo de 1.672 personas y no de más de 2.000, como publica la prensa alemana.
El Gobierno alemán confía en que podrá convencer a los socios europeos con plantas de Opel del plan de Magna para la compra de la filial europea de General Motors.
"Creo que hemos logrado dejar claro que lo que ha hecho Alemania sirve a toda Europa", dijo ayer el secretario de Estado de Economía, Peter Hintze, tras rendir cuentas ante la comisión económica del Parlamento alemán.
La comisión se había reunido de forma extraordinaria a petición de los partidos de la oposición, que acusan al Gobierno de minimizar los riesgos económicos que supone esta operación para el contribuyente alemán.
Hintze se mostró optimista respecto a las posibilidades de llegar en breve a un acuerdo con los restantes países europeos sobre el reparto de las ayudas públicas y a la firma de un contrato definitivo entre General Motors y Opel. "La meta está a la vista", aseguró el político cristianodemócrata, quien se mostró convencido de que la Comisión Europea no pondrá reparos a la operación.
Representantes de la oposición criticaron la ausencia del ministro de Economía en esta sesión extraordinaria. El alto cargo se había excusado con el argumento de que debía asistir a un acto de campaña para las elecciones legislativas del próximo domingo.
Al margen de polémicas políticas, la prensa alemana detalló ayer los planes de reducción de empleo de Magna. Según estas publicaciones, los despidos sumarán 11.000 en toda Europa, 4.500 de los cuales se recortarían en Alemania. La planta belga de Amberes se cerraría y la española de Figueruelas sufriría un recorte de unos 2.000 de los 7.500 trabajadores de la plantilla, además de un traslado de la producción del Corsa de tres puertas a una factoría en Alemania.
Esta información fue rotundamente desmentida ayer por el comité de empresa de la planta de General Motors en Figueruelas (Zaragoza). El número de despidos previstos para esta factoría en el plan industrial de Magna no ha aumentado y se mantiene en 1.672, e incluso la compañía austriaco-canadiense ha aceptado llevar a cabo una revisión de dicho plan, según el comité.
Así lo explica en un comunicado esta agrupación, que asegura haber recibido información directa de lo sucedido en la reunión del lunes entre representantes de la plantilla de Opel, de Magna y de la matriz estadounidense General Motors, celebrada en la central de Opel en Rüsselsheim para hablar de los despidos.
La canadiense intenta tranquilizar a sus clientes
El futuro dueño de Opel no sólo tiene que preocuparse por la hostilidad de los países europeos, sino por las cuitas de sus clientes en su papel de fabricante de componentes para automóviles. Por eso, Magna quiso ayer tranquilizar al grupo Volkswagen, después de que el consorcio de Wolfsburg haya amenazado con romper las relaciones comerciales entre ambos si Magna sigue adelante con sus planes para comprar Opel.El consejero delegado de la canadiense Magna, Donald Walker, indicó ayer que la empresa ha iniciado una ronda de conversaciones con sus clientes para asegurarles que mantendrá totalmente separada su actividad como proveedor de las operaciones de Opel."La mayor parte de los clientes con los que he hablado personalmente quieren saber cómo haremos para proteger su tecnología, pero me han asegurado que están cómodos en su relación con Magna", añadió Walker.El ejecutivo precisó que Volkswagen ha expresado su preocupación al respecto, por lo que Magna necesita finalizar procedimientos internos y explicar las conclusiones al consorcio alemán. "Creo que el próximo paso será reunirnos con ellos", añadió.