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Del clasicismo del XVIII a las curvas de Niemeyer

La arquitectura protagoniza dos muestras en Telefónica y la BNE.

A sus 102 años de edad, Oscar Niemeyer continúa con su tarea creativa. Un ejemplo es el Centro Niemeyer de Avilés, un complejo cultural que contribuirá a la regeneración económica y urbanística de la localidad asturiana y cuya inauguración está prevista el próximo año. Es el único trabajo en España de uno de los creadores de la ciudad de Brasilia, declarada Patrimonio Artístico de la Humanidad por la Unesco, pero el público puede conocer sus proyectos innovadores y sus aportaciones mundiales a la arquitectura de los siglos XX y XXI en la completa retrospectiva que presenta la Fundación Telefónica.

Lauro Cavalcanti, comisario, ha seleccionado 18 maquetas, 21 dibujos, 50 croquis, 2 libros, 25 fotografías, un sofá, una escultura, dos proyecciones y dos películas para la muestra, que permanecerá abierta hasta el 22 de noviembre en la sala de exposiciones de la Fundación Telefónica (Gran Vía 28. tercera planta. Madrid).

Niemeyer ha contribuido a crear una nueva perspectiva de la arquitectura, en la que la línea curva es la protagonista de sus obras: "no es el ángulo recto el que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por los hombres. Lo que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las ondas del mar, en las nubes del cielo, en el cuerpo de la mujer amada. De curvas está hecho todo el universo".

El Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1989 es también un pionero en la exploración de las posibilidades del hormigón armado. Transforma este material y con la curva lo hace regresar a las formas de la naturaleza creando estructuras dinámicas y livianas que se adaptan a las condiciones medioambientales.

Niemeyer pertenece a la estirpe de brasileños que han contribuido al crecimiento de su país desde mediados del siglo XX. Pero, ante todo, es un humanista. Sus proyectos arquitectónicos tienen un fuerte compromiso político, social y cultural, ya que para él "la vida me parece más importante que la arquitectura".

Como contrapunto a la modernidad de Niemeyer, la Biblioteca Nacional da a conocer la riqueza artística de la arquitectura del siglo XVIII en la exposición Dibujos de arquitectura y ornamentación del siglo XVIII, que se puede visitar hasta el 22 de noviembre (Paseo de Recoletos, 20. Madrid).

El comisario Delfín Rodríguez ha seleccionado casi doscientos dibujos de arquitectura y ornamentación del siglo XVIII de los cerca de ochocientos que atesora la institución en sus depósitos.

Hay dibujos españoles, franceses, italianos y alemanes, de arquitectos como Sabatini, Ventura Rodríguez, Churriguera, Ardemans y Juvarra, entre otros. Todo este conjunto da a conocer la riqueza cultural de la arquitectura del siglo XVIII, en la que destacan proyectos como el Palacio Real Nuevo, verdadero laboratorio de prácticas e ideas en el que se fraguó lo mejor de la arquitectura de la Ilustración, o la Real Academia de Bellas Artes. En la colección también hay cuadernos de viaje, apuntes académicos o trazados de arquitecturas efímeras.

Un trabajo de estudio y restauración

La muestra de la Biblioteca Nacional (BNE) se inscribe en un proyecto de más amplio alcance, patrocinado por la Fundación Banco Santander, gracias a la cual durante tres años un equipo de especialistas ha restaurado, estudiado, catalogado y descrito la totalidad de los fondos de esta naturaleza conservados en la institución.El resultado de estos trabajos se ha plasmado en el catálogo completo, con más de 1.200 dibujos, que se presentará en una mesa redonda el próximo 21 de octubre y que continúa el repertorio dedicado a los siglos XVI y XVII, publicado en 1991. El catálogo aparecerá enriquecido con estudios críticos de la mayoría de las piezas, firmados por destacados especialistas en la materia.

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