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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El dólar se agita en aguas revueltas

La crisis ha situado al dólar, bastión de las divisas como refugio durante los últimos años, en aguas cenagosas. El billete verde cotiza ya con el euro en sus niveles más bajos en 12 meses -por encima de 1,47-, mientras que con la moneda nipona se ha depreciado hasta los 91 yenes por dólar, su peor cambio desde el pasado febrero. La mecha que prendió su deterioro fue la avalancha de emisiones de deuda que el Tesoro estadounidense ha tenido que realizar para hacer frente al descomunal agujero generado en las arcas públicas por la actual crisis. También ha pesado como una losa la contundencia mostrada por determinadas economías, como la china o la rusa, en su afán por reducir paulatinamente su exposición a la divisa estadounidense mediante el recorte del volumen de sus reservas en dólares. Sin ir más lejos, hace unos días China ratificó su objetivo de diversificar sus reservas y afianzar el peso de otras alternativas al dólar con una emisión de bonos denominados en yuanes.

Pero ahora han entrado otros elementos en juego. Los últimos datos desvelan las crecientes dudas de los inversores sobre la economía americana. El miércoles, de hecho, se certificó que el saldo de compras netas de activos en dólares durante el mes de julio fue de poco más de 15.000 millones de dólares, frente a los 60.000 millones previstos y los 90.000 millones del mes anterior. "Estas cifras ilustran una cierta pérdida de apetito en dólares por parte de los no residentes", comenta Pablo Guijarro, de AFI.

Otro de los factores es que, pasado el susto que provocó el desplome de las Bolsas hasta los mínimos de marzo, ha aumentado el apetito por el riesgo de los inversores. En opinión de Antonio Zamora, de Banco Sabadell, el principal catalizador de las recientes caídas es la reducción de las primas de riesgo en los mercados, lo que ha hecho que desaparezca la condición de refugio del dólar.

La menor percepción del riesgo y el diferencial de tipos, lastres de la divisa

El cambio de papeles en los diferenciales de tipos también influye en su debilidad, a través de la operativa denominada carry trade, que consiste en aprovechar esta brecha para financiarse en una divisa -en este caso el dólar- y comprar otros activos que ofrecen en estos momentos una mayor rentabilidad, como está ocurriendo con los mercados emergentes. "Han cambiado las tornas. El yen había asumido este papel tradicionalmente, pero ahora es el yen", explica Mariam Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco.

Mientras que se mantenga esta distancia entre los tipos de interés de EE UU y el resto de economías, este tipo de operativa seguirá actuando en contra de la cotización del dólar.

"Durará hasta finales de año. Hasta el momento en que la Reserva Federal decida subir el precio del dinero. Esto esperamos que suceda a comienzos de 2010, cuando estimamos que los tipos podrían situarse en Estados Unidos en el 1,5%. Esta política monetaria estará avalada por un crecimiento económico que en EE UU podría alcanzar el 3% a finales del próximo ejercicio", sostiene Estefanía Ponte, analista BNP Paribas Fortis.

Fecha de caducidad

No obstante, y a pesar de que estos momentos todas las cartas juegan en contra del dólar, los expertos consideran que estos síntomas de flaqueza son transitorios y tienen una fecha próxima de caducidad. Por aspectos técnicos, se espera que continúe deslizándose hasta la cota de 1,5 dólares por euro, aún lejos del mínimo marcado en 2008 a 1,6, pero que en los próximos meses dibuje el camino de vuelta.

Algo similar sucederá con el yen, que ha escalado posiciones no sólo frente al dólar sino también con el euro -cotiza a 134 yenes por euro, muy por debajo de los 156 que se tocaron hace un año-. "Le favorece las coberturas de sus flujos de cobro y pago, con la entrada de yenes y la salida de moneda extranjera. Pero no descartamos que en algún momento el Banco de Japón intervenga en los mercados de divisas", señala Pablo Guijarro.

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