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Columna
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Desdolarización

Los expertos en divisas hacen normalmente predicciones para las próximas semanas o años. Los próximos meses han quedado para los valientes o los insensatos. La actual caída del dólar -está en el nivel más bajo en 12 meses- muestra la sabiduría de este criterio.

La caída del billete verde va en contra de la sabiduría convencional entre los expertos en divisas. EE UU parece estar recuperándose de una brusca recesión y las monedas se supone que suben cuando las economías van mejor. El bajo precio del petróleo también tendría que haber elevado el billete verde: el petróleo y el dólar habitualmente se mueven en direcciones opuestas. Y la contracción del déficit comercial de EE UU normalmente sería positiva para la divisa.

Los expertos han respondido a este inesperado desarrollo con dos algo más contradictorias explicaciones. La primera reasigna la caída del dólar como una señal de esperanza. La lógica es así. Los dólares son considerados una divisa refugio segura cuando las tormentas financieras arrecian. Cuando las nubes se retiran, los intermediarios venden sus dólares.

Se sugiere incluso que los tipos de interés ultra bajos de EE UU están animando a los intermediarios a usar el dólar para financiar carry trades -pidiendo prestado barato en EE UU para comprar activos en divisas de mayor riesgo-. Esto se usó para mantener el yen bajo. Ahora puede ser el turno del billete verde.

Esta teoría tiene algún sentido. Pero otros sofisticados observadores dudan de que la divisa de la antigua patria de los excesos financieros sea en verdad segura. Su escepticismo ha sido reforzado por el nuevo estatus de EE UU como el líder mundial en el alto riesgo monetario y de política fiscal.

Aquellas dudas dejan espacio para una segunda interpretación de la debilidad del dólar. El billete verde está cayendo porque los acreedores extranjeros están temerosos de que la divisa de la mayor nación deudora del mundo pierda inevitablemente valor en el más largo plazo. Una más diversificada cartera de divisas parece más segura -y esto significa vender dólares antes de que lo hagan otros-.

La esperanza conduce a la toma de riesgos y el temor a la aversión al riesgo. Ambos pueden estar funcionando en la caída del dólar. Pero sea cual sea, la mayoría de los analistas están de acuerdo en que la tendencia continuará, al menos por una semana o dos.

Por Edward Hadas.

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