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Tribuna
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El futuro de la comunicación integrada

Hoy en día las empresas basan cada vez más sus decisiones de compra en aquello que les ayude a optimizar y mejorar los procesos de negocio, no sólo los costes. Las comunicaciones unificadas (CU) son una caja de herramientas de tecnologías y funcionalidad que puede venderse a un cliente para satisfacer estos requisitos fundamentales.

El beneficio principal de las CU es su capacidad para evolucionar y satisfacer las necesidades específicas de cada empresa. Sin embargo, es imprescindible que el distribuidor llegue al fondo del negocio del cliente para comprender todas sus necesidades y ofrecerle así una solución que se ajuste a su modelo de negocio y que funcione perfectamente con la arquitectura existente, permitiéndole evolucionar desde los sistemas tradicionales a las CU a un ritmo conveniente y rentable.

En el mercado hay muchas tecnologías capaces de soportar procesos integrados de comunicaciones que mejoren los procesos de negocio de las empresas. Hay muchos casos en la vida real donde las CU ya están marcando una diferencia. Por ejemplo, una enfermera que disponga de alarma integrada, con mensajería y confirmaciones de atención en su dispositivo móvil, puede garantizar que está atendiendo de forma eficiente las necesidades de sus pacientes. Por otra parte, la localización por GPS puede combinarse con un sistema de expedición móvil para optimizar la cadena logística y permitir a los camiones desplegarse de forma eficaz.

En un contexto más amplio, las alertas meteorológicas para huracanes y tsunamis, por ejemplo, pueden enviarse a terminales SIP programados mediante SML o a terminales móviles mediante SMS.

Existe una oportunidad real para los distribuidores e integradores que consiste en la capacidad para ofrecer servicios que apoyen y complementen la simple provisión de tecnología. Servicios como la consultoría o la gestión de la integración son fundamentales para garantizar el éxito del despliegue de cualquier solución y deben considerarse como algo más que un valor añadido, deben ser centrales para todo proceso de venta. Las competencias en arquitectura de software, como arquitectura orientada a servicios (SOA) y IT Infraestructure Library (ITIL) dejan de ser secundarias para convertirse en una necesidad a la hora de ofrecer soluciones de CU de funcionamiento óptimo que se integren y mejoren procesos y aplicaciones de negocio.

Los distribuidores deben ser capaces de diferenciarse y convertirse en una parte integral del negocio del cliente final con el fin de desarrollar y mantener relaciones duraderas, y el fabricante puede trabajar con ellos para hacer que esto ocurra.

Alejandro Giménez. Director general de Aastra Telecom España

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