En clave de oportunidad
Pocas cosas tenemos más claras que, cuando regrese la normalidad en la economía y los negocios, difícilmente nada volverá a ser igual. Nos enfrentaremos al reto de readaptar nuestro modo operativo y nuestras prácticas de gestión a una coyuntura nueva y desconocida. Estamos frente a un escenario dinámico y cortoplacista, que nos obligará a visualizar los negocios en clave de oportunidad y a adaptar nuestras prácticas de gestión a un concepto de tiempo real en función de la detección de oportunidades.
Hoy muchos modelos de negocio son consecuencia directa de las infraestructuras de las empresas; las infraestructuras productivas y de conocimiento condicionan y modelizan los productos y servicios actuales y futuros. Son el ADN con el que se construyen las oportunidades.
En el futuro, nuestras empresas deberán estructurarse para detectar y explotar las oportunidades a corto plazo, dedicando y creando infraestructura y esfuerzo para detectarlas y acotarlas. El verdadero cambio deberá llegar en el modo de explotarlas, partiendo del hecho que serán mucho más efímeras e intensivas en el esfuerzo para su explotación. Efímera porque la ventana de explotación y oportunidad para los buenos márgenes de rentabilidad será mucho más corta. Intensiva, porque deberemos alinear muchos esfuerzos para poder explotar las oportunidades, a nivel financiero, de distribución, etcétera. Insistiendo en el concepto de efímero, que nos conducirá a deshacernos de las estructuras cuando la ventana de oportunidad se cierre, y a acercarnos a otras cuando abramos otras nuevas. Esto nos conducirá a redefinir aquellas que realmente prestan valor al negocio, la relación entre las estructuras de conocimiento y las de producción, así como nuestro cordón umbilical con nuestros clientes, de tal manera que nunca perdamos el conocimiento de sus necesidades, hábitos...
¿Cuáles serán las estructuras en las que debamos invertir esfuerzos para garantizar nuestro futuro?, ¿qué relación será la idónea para fomentar el conocimiento y disponer en propiedad de la justa estructura productiva?, ¿cómo deberá ser la relación con los proveedores y subcontratados?
Deberemos replantearnos una serie de estructuras profesionales, de captación y retención del talento, de gestión de necesidades productivas, de sistemas de distribuciones globales en tiempo récord, de la financiación de las oportunidades y de la distribución del beneficio de las mismas.
Para asegurarnos el futuro deberemos reflexionar sobre la esencia real de nuestros negocios, sobre lo que cimenta nuestro valor y éxito; deberemos definir una estructura flexible y dinámica, preparada para mutar constantemente en busca de la explotación de las oportunidades que nos deparará un futuro incierto y cambiante.
Antonio Flores. CEO de Loop Business Innovation y presidente de CN (Competitive Network)