Ordenadores para todos, un sueño real
El curso escolar que arranca puede marcar un hito en la educación y en la formación en España. El desafío es ambicioso. El Plan Escuela 2.0 que se trata de implantar, impulsado por el Gobierno, tiene como primer objetivo que cada alumno de quinto curso de primaria disponga de un ordenador portátil para su uso, y que sus aulas estén equipadas con pizarras digitales y conexión a internet. La primera fase incluye a 7.100 alumnos y 300 clases en toda España. En abril de 2010 todos los alumnos de quinto tendrán su equipo. En total, ese año 420.000 portátiles estarán en manos de los niños españoles de entre 10 y 11 años. Lo lógico y exigible es que esa herramienta les acompañe ya en toda su trayectoria formativa, y que las siguientes promociones reciban la suya. Algo inédito en el mejor de los sueños de cualquier responsable de educación en toda la historia de España.
Es un gran reto para todos. Gobierno, comunidades autonomías, profesores, padres y alumnos. Y también para la industria implicada. Nadie se atreverá a dudar que el uso de las nuevas tecnologías mejorará la educación de los escolares. Pero el sueño es tan ideal que hará falta un mimo especial para que no se convierta en pesadilla. La formación del profesorado y del alumno, el manejo de las nuevas tecnologías, los contenidos educativos adaptados a la era digital y una serie de condicionantes previos son básicos para el éxito de este plan, presupuestado para este año en 200 millones de euros.
Este puede ser uno de los escollos del plan, cuya financiación se repartirá entre autonomías y Gobierno central. El Ejecutivo planea tener en dos meses los convenios con todas las comunidades. Y éstas ya están ultimando -algunas ya lo han hecho público- los concursos que especifican las características técnicas que desean aplicar a sus proyectos y dónde elegir los proveedores tecnológicos.
Pero aquí surge otro problema: los fabricantes han percibido presiones de las autonomías sobre los precios. Hasta tal punto de asegurar que, en algunos casos, no les interesa presentarse a los concursos. Los rangos de precios que se manejan -entre 270 y 400 euros- sitúan a los netbooks baratos como los principales dispositivos que van a utilizar los estudiantes españoles de primaria. Bienvenidos sean si cumplen el objetivo de darles habilidades tecnológicas con que encarar decididamente el futuro.
La disparidad de concursos, tantos como autonomías, también puede complicar el proyecto. Las autonomías deberán cuidar mucho qué y cómo contratan, y tendrán que vigilar qué equipos compran y sus servicios de mantenimiento para no encontrarse con sorpresas desagradables. Una buena sintonía entre fabricantes y administraciones podrá llevar a buen puerto un proyecto que, de completarse con éxito, marcará un antes y un después de la formación en España.