Comprador para Opel con rémora política
Es como en el fútbol: al final gana Alemania. El consejo de General Motors ha acordado finalmente vender una participación mayoritaria de su filial europea a Magna International. Esto significa que las marcas Opel y Vauxhall irán al fabricante de componentes del automóvil canadiense financiado por un banco público ruso y subvencionado por los contribuyentes alemanes. GM, de propiedad pública, retendrá una participación del 35% en la compañía y los empleados alemanes poseerán el 10%. Con tantas hadas para velar por la criatura, las reuniones del consejo de Opel serán bastante interesantes.
El drama acaba aproximadamente como empezó en mayo, cuando Magna fue elegida por GM, y cooptado por el Gobierno alemán como el comprador preferido para Opel. Pero entonces GM se enfrió, o al menos hizo saber que tomaría en consideración otras ofertas. En las últimas semanas, se había rumoreado que estaba tratando de encontrar una vía para mantener la compañía.
Los sindicatos y los políticos alemanes, sin embargo, estaban a favor de Magna, y el Gobierno alemán dio con la clave del futuro de Opel. Extendió un crédito puente de 1.500 millones de euros a Opel en mayo con la promesa de garantías públicas para otro de 3.000 millones de euros.
El temor a que se usara el dinero de los contribuyentes de EE UU, aunque indirectamente, para financiar operaciones en el extranjero puede haber jugado un papel en la decisión final de no mantener a Opel dentro de GM. Al otro lado del Atlántico, el deseo del Gobierno alemán de conservar los empleos alemanes puede también acabar paralizando Opel por mantener abiertas plantas infrautilizadas.
Magna está claramente apostando por la gran esperanza rusa para Opel, que puede contar con las facilidades manufactureras del profundamente en apuros fabricante de automóviles local Gaz. Pero la oportunidad de Opel sólo puede ser cosechada si el accionista minoritario GM no ha puesto demasiados límites en competencia con su antigua división en este prometedor mercado.
Angela Merkel, la canciller alemana, ha conseguido lo que quería: un acuerdo antes de las elecciones del 27 de septiembre. Lo mejor que puede hacer en adelante es dejar a Opel sola.
Pierre Briançon