Berlín y GM elevan la tensión ante las reticencias a vender Opel a Magna
Alemania elevó ayer su presión para lograr que General Motors decida vender Opel y no se quede con la compañía. Berlín amenazó a la multinacional con forzar la devolución anticipada de las ayudas si el consorcio decide no vender la firma. GM replicó al instante que el Gobierno no tiene esa potestad. Y mientras, sigue sin haber una decisión firme tras dos días de reunión del consejo.
Berlín cada vez ve más cerca la posibilidad de que General Motors decida mantener Opel en su organigrama y comienza a tomar medidas para curar la herida antes de que se produzca. El Ejecutivo de Angela Merkel aseguró ayer que si la multinacional estadounidense no abre la puerta a un inversor tendrá que devolver de forma anticipada los 1.500 millones de euros que el Estado concedió en forma de crédito para garantizar su supervivencia.
La canciller Angela Merkel teme que una decisión de este calibre perjudique sus opciones en las elecciones legislativas alemanas, que se celebrarán el 27 de septiembre. "Si la dirección de General Motors decide mantener Opel podríamos hacer efectivo el pago condicional del crédito", añadió. El nuevo consejo de GM se mantuvo ayer la segunda sesión de su reunión, en la que tenía previsto discutir el futuro de la marca de Rüsselsheim. Al cierre de esta edición, sin embargo, no habían trascendido noticias de su decisión. El presidente de Magna, Frank Stronach, dijo ayer que la decisión de GM se sabrá en dos semanas.
GM, en todo caso, se apresuró ayer a asegurar en un comunicado de prensa que Berlín no tiene potestad para forzar la devolución anticipada de los 1.500 millones si el consejo rechaza traspasar Opel a Magna. Según la portavoz de la compañía, Karin Kirchner, este crédito Ý-que evitó que la Opel colapsase antes del verano- no está vinculado a su decisión. El ministro de Economía, Karl Theodor zu Guttenberg, aseguró ayer lo contrario.
En el caso de que General Motors decida quedarse con Opel como una más de sus marcas, la compañía que preside Fritz Henderson tendrá que aumentar sus fondos para cubrir el crédito y para asumir los costes derivados de la operación. La cifra necesaria podría ascender hasta los 6.100 millones de dólares (4.236 millones de euros), según un informe de KPMG revelado ayer.
Dos son los aspirantes a quedarse con Opel. Uno de ellos, el preferido del Gobierno alemán, es el fabricante de componentes Magna. GM no ve con buenos ojos esta opción, toda vez que cuenta con un socio financiero ruso, el banco Sberbank. Tanto la compañía como el Gobierno de EE UU observan un riesgo de transferencia tecnológica. El otro es el fondo belga de capital riesgo RHJ, que sería la opción preferida del presidente ejecutivo de GM, Fritz Henderson, si finalmente no se queda con la compañía. El presidente de Magna, Frank Stronach, tampoco parece verlo demasiado claro. Ayer aseguró en una entrevista a Bloomberg que "el mundo continuaría" si finalmente no se adjudicase Opel.
Ayudas a fondo perdido
El Congreso de EE UU, por otra parte, empieza a dar por perdidos los 81.000 millones de dólares (55.727 millones de euros) que han invertido en General Motors y Chrysler. Una comisión de la Cámara Baja reconoció además en un informe que no puede calcular qué importe podrán devolver las automovilísticas.
La comisión recomendó además que las participaciones en las dos compañías deberían ser alojadas en una fiduciaria independiente que la haga inmune de cualquier "presión política e interferencias gubernamentales", incluso "si no hay ningún conflicto" a la vista.
Figueruelas se mantiene si GM se queda la marca
El grupo estadounidense General Motors no contempla el cierre de la fábrica zaragozana de Figueruelas, en la que se ensamblan los modelos Corsa y Meriva, ni en el más drástico de sus planes de reestructuración, según fuentes conocedoras de la situación que citó ayer el diario The Wall Street Journal en su edición en internet.El grupo podría ejecutar el cierre de tres plantas europeas en caso de asumir la reestructuración de la marca alemana y de descartar la venta de su filial, por la que pujan el fabricante canadiense de componentes Magna (respaldado por el banco ruso Sberbank) y la sociedad belga RHJ International. En concreto, las plantas afectadas serían las de Bochum, en Alemania, y Amberes en Bélgica.Además, la corporación automovilística también echaría el cierre en la factoría germana de Eisenach (que comparte la producción del Corsa con Figueruelas), en caso de no conseguir vender esta instalación.No obstante, las mismas fuentes precisaron que la alternativa de cerrar tres plantas y de llevar a cabo un significativo recorte de empleo en Europa representa uno de los escenarios más drásticos, y añadieron que GM no ha tomado por el momento ninguna decisión.
Dinero
Una comisión del Congreso de EE UU afirma que es improbable que GM y Chrysler devuelvan los 81.000 millones concedidos para rescatar las empresas.Alemania dio 1.500 millones de euros en créditos a Opel para evitar que la empresa colapsase.