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Finanzas

La primera fusión de cajas catalanas supondrá el cierre de 200 oficinas

La primera operación de concentración entre cajas toma cuerpo. Una vez incorporada al proyecto Caixa Girona, las cuatro entidades catalanas avanzaron que contarán con una red de 750 oficinas y una plantilla de 4.000 personas, lo que implica una reducción de 200 sucursales y de 500 empleos. Cada entidad controlará el 75% de su obra social.

Para las cuatro cajas catalanas implicadas en la primera gran operación de concentración del sector no había alternativa. La actual coyuntura económica y de los mercados obligaban afrontar el futuro de la mano de otras entidades. Tras la adhesión de Caixa Girona al proyecto impulsado por Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu, las entidades ya tienen sobre mesa las magnitudes de lo que será la octava caja de España.

El nuevo proyecto nacerá con una red cercana a las 750 oficinas, lo que implicará el cierre de 200 sucursales, un 21% de la red. La plantilla también se resentirá, aunque se va a optar por implementar medidas no traumáticas como prejubilaciones. Así, está previsto que, del total de 4.500 empleados que suman las cuatro cajas conjuntamente, se prescinda de 500 empleados, según comunicaron en una nota conjunta. Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu (que dieron a conocer formalmente su proyecto el pasado julio) ya han iniciado las primeras reuniones con los sindicatos para negociar las salidas. Las entidades recordaron ayer que se ha constituido una mesa laboral entre sus direcciones de personal y los representantes sindicales.

Aunque en un principio las tres cajas impulsoras del proyecto habían demandado cerca de 350 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), la adhesión de Caixa Girona podría llevar a las entidades a demandar entre 450 y 500 millones de euros para afrontar la nueva etapa.

La estructura directiva de la compañía todavía está por concretar, pero las entidades se habían decantado por que la dirección general del nuevo grupo recaiga en el actual director general de Caixa Terrassa, Enric Mata y la presidencia, por contra, estaría ocupada por el presidente de Caixa Sabadell, Salvador Soley. Mata, un gran defensor de las fusiones de cajas , ocupará la dirección general durante año y medio, hasta que alcance la edad de jubilación. En este momento será sustituido por Jordi Mestre, actual director general de Caixa Sabadell, mientras que la presidencia pasará a un representante de Caixa Terrassa. No obstante, la irrupción de Caixa Girona en la integración de cajas podría modificar el reparto de cargos previsto inicialmente con la creación de una dirección adjunta para Jordi Blanch, director general de Caixa Girona o dotar de mayor protagonismo al presidente de Caixa Girona, Manel Serra.

Las cuatro cajas prevén mantener la "identidad propia" de las respectivas obras sociales, por lo que mantendrán aproximadamente un 75% de los recursos cada una, y compartirán la gestión del 25% restante. En este sentido, recordaron la "sensibilidad" de todas ellas en el campo de la obra social, que en los últimos años se ha traducido en aportaciones de 150 millones de euros.

Está previsto que las cuatro cajas mantengan sus actuales sedes centrales entre las que se distribuirán los diferentes servicios centralizados de apoyo a la red de oficinas. Las cuatro cajas estarán presentes en más de 250 localidades de la geografía catalana, así como en las comunidades de Madrid, Valencia, Andalucía, Aragón y Baleares.

Magnitudes

Recursos propios Las cuatro cajas acumulan unos recursos propios cercanos a los 3.000 millones de euros, que equivalen de media a un coeficiente de garantía y solvencia del 12,3%.La nueva entidad contará con una inversión crediticia global cercana a los 28.000 milllones de eruros.La que será la novena caja del Estado dispondrá de unos activos totales de 35.000 millones.

Un proyecto apoyado por el Banco de España desde su inicio

Las cuatro entidades implicadas en la primera fusión de cajas del país han mantenido tanto a la Generalitat de Cataluña como al Banco de España al corriente de los pasos que daban.Las direcciones generales de Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu se trasladaron a Madrid a principios de julio para dar a conocer el proyecto a la cúpula del Banco de España, que les animó a abrir el proyecto a más entidades. Ayer, las cajas de ahorro señalaron que tanto la Generalitat como el supervisor español "valoran muy positivamente el proyecto, considerado un modelo de referencia en el proceso de reordenación del sistema financiero español. Sus impulsores defienden que la unión "aumentará su eficiencia y reforzará su presencia en los mercados de capitales, a la vez que dispondrán de mayor capacidad de financiación tanto para sectores productivos como para familias".

Equilibrio entre la marca histórica y la nueva identidad

Uno de los aspectos que más preocupa a las cajas es perder su influencia en sus feudos tradicionales. De hecho, el empresariado de Girona paró las conversaciones para explorar una posible integración de Caixa Girona con Caixa Catalunya y Caixa Tarragona ante el temor de que la entidad perdiese sus señas de identidad frente a Caixa Catalunya. Para mantener fieles a sus clientes, las cuatro cajas quieren mantener sus marcas comerciales en las localidades donde cuentan con su sede central y crear una nueva marca, entre la que se ha barajado Unió de Caixes Catalanes, para el resto de territorios. La fórmula implicaría, por ejemplo, que Caixa Sabadell mantuviese su marca en Sabadell (a la que se añadiría un logo con la denominación con la que operarían conjuntamente) y que las sucursales de las otras tres cajas en esta localidad pasasen a operar con la nueva denominación.

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