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Precio de los carburantes

Las petroleras han repercutido menos de la mitad del alza de los carburantes

El precio de venta al público de los carburantes tocó máximos en agosto. Sin embargo, aún le queda recorrido para seguir creciendo, ya que las petroleras han repercutido al consumidor menos de la mitad de lo que ha subido la cotización internacional. El desplome del consumo y la subida de impuestos han dificultado trasladar esas alzas ante el miedo de que las ventas caigan aún más.

El pasado diciembre, el barril de Brent, de referencia en Europa, tocó mínimos históricos al llegar a cotizar a 39 dólares, lo que suponía una caída superior a 100 dólares en apenas seis meses. Ese desplome tuvo un efecto inmediato sobre los carburantes: el precio de venta al público de la gasolina 95 sin plomo y el gasóleo alcanzó esos días mínimos en cinco años, lo que supuso un fuerte alivio para el bolsillo de la industria, los transportistas o los conductores particulares, entre otros.

Sin embargo, esa tendencia bajista se rompió a principios de año ante las decisiones adoptadas por los países exportadores de petróleo, que optaron por recortar la oferta para propiciar una subida del precio, y por la fuerte demanda de petróleo de algunos países emergentes. A partir de esa fecha, el precio del petróleo y de los carburantes ha crecido con fuerza. Entre enero y agosto, el barril de Brent se ha encarecido un 46,4%, lo que ha tirado al alza de la cotización internacional de los carburantes.

De este modo, la cotización internacional de la gasolina 95 sin plomo ha subido un 88%, mientras que la del gasóleo lo ha hecho un 23%. Pese a esas subidas, las petroleras no han trasladado ni la mitad de los incrementos al consumidor. Aunque fuentes de la Asociación de Operadores de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) señalan que el precio lo fija cada compañía, la debilidad del consumo y el temor a que un aumento del mismo pudiera lastrarlo aún más ha pesado en las decisiones de las petroleras. De hecho, el precio de venta al público de la gasolina sin plomo 95 (incluidos impuestos) ha subido un 32,3% en lo que va de año, tres veces menos que la cotización internacional, mientras que el gasóleo se ha incrementado un 15,8%, siete puntos menos que la cotización internacional. En un escenario económico normal, esas subidas se hubieran trasladado de forma directa al surtidor, lo que habría disparado el coste a 1,5 euros por litro, según el cálculo de los expertos, más aún si se tiene en cuenta el impacto de la subida de impuestos aplicada en julio.

Ese mes, el Ejecutivo, ante la fuerte caída en la recaudación, decidió aplicar una subida a los impuestos que gravan el consumo de hidrocarburos, que se concretó en un alza de 0,029 euros por cada litro consumido. Y ese sólo puede ser el principio, ya que al Gobierno todavía le queda margen para subir los impuestos a los carburantes. La Comisión Europea le ha conminado en repetidas ocasiones para que eleve los impuestos que gravan el gasóleo, que se encuentran todavía por debajo de la media comunitaria (330 euros por cada mil litros) y el IVA que aplica sobre los carburantes (un 16%), el tercero más bajo de la UE.

Ese menor consumo en lo que va de año (un 7,7% en el caso del gasóleo y un 3,4% en el de la gasolina) también ha lastrado los márgenes de las petroleras, que han crecido también mucho menos que la cotización internacional. Los márgenes, que surgen de restar a los precios antes de impuestos de los carburantes las cotizaciones que alcancen en los mercados internacionales, han crecido un 12,5% y un 11,2% respectivamente.

Datos

Las comunidades en las que más se ha notado el menor consumo son Cataluña y Andalucía, que representan el 30% del total de las ventas.La caída del gasto se ha sentido con más fuerza en el caso del gasóleo, con un descenso de un millón de toneladas entre enero y julio. En el caso de la gasolina, el recorte fue de 100.000 toneladas.

Precios más elevados que en la zona eurodatos

El último informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) sobre el mercado de los carburantes incide en el diferencial que existe en el precio antes de impuestos en España frente a la media de la zona euro.Esa brecha se ha mantenido en los últimos cuatro años, según los datos recopilados por la CNC, en torno a los cinco céntimos de euro por litro. Una diferencia que se ha atenuado en los últimos meses, pero que sigue manteniéndose. En la última semana de agosto se ha mantenido en dos céntimos de euro en el caso de la gasolina sin plomo, mientras que ha desaparecido en el caso del gasóleo.En su informe, la CNC recalca que el hecho de que los precios antes de impuestos sean más altos en España que en otros miembros de la eurozona sugiere la existencia de un control sobre la red minorista de distribución por parte de los operadores instalados en nuestro territorio (Repsol YPF, BP y Cepsa).En el estudio, la Comisión critica también la existencia de numerosas barreras a la implantación de nuevas gasolineras. Entre las tres compañías antes citadas controlan el 64% de las estaciones de servicio, un porcentaje que apenas ha variado en los últimos siete años, y también tienen una importante participación en el refino y el almacenamiento del carburante.La Comisión Nacional de Competencia justifica, en el caso de las gasolineras, la posición de dominio por los obstáculos administrativos que imponen los ayuntamientos para conceder licencias, en especial a los hipermercados. Estos, según el informe, son los que se han presentado como más competitivas para conseguir que los precios bajen y se alineen con la zona euro.

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