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Columna
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El oro, refugio universal

El precio del oro probablemente no aumente mucho cuando los inversores esperan un buen crecimiento, una sana política económica y déficits públicos moderados. Este no es el caso ahora mismo. Los inversores tienen más dinero que oportunidades claras y mucho de lo que preocuparse. El oro podría superar los 1.000 dólares la onza, y seguir en aumento.

La recesión ha reducido la demanda del metal amarillo para la joyería y la industria pero aumentado la de los inversores. Y esto en un periodo en que los mercados de valores se han recuperado y la amenaza de quiebras bancarias se aleja.

Un importante incremento en el interés inversor provocaría un aumento del precio del oro. Una demanda adicional podría venir de China y otros grandes ahorradores asiáticos. La creación de una nueva facilidad de almacenamiento para el oro en Hong Kong ayudaría a excitar más el interés.

Pero las políticas monetarias antidepresión son la mayor fuente de poder de compra adicional de oro. Los mayores banqueros centrales han dejado claro que sus políticas seguirán siendo estimulativas. Este compromiso deja a los inversores preocupados por una peor recesión, por el sobreendeudamiento público y por los estímulos monetarios que conducen a la inflación. Todo esto podría llevar a la búsqueda de un pequeño seguro en forma de oro.

Incluso los que no se preocupan podrían querer inducir al engaño. Y desde que el oro se está vendiendo a 60 veces el precio de la plata, ésta podría también ser un valor a tener en cuenta.

M. Hutchinson

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