Más control sobre los 'bonus'
El ataque contra los bonus de los tres grandes países europeos está mal calculado. Gordon Brown, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel han acordado finalmente una línea común en el asunto de los bonus de los banqueros en el periodo previo a la cumbre del G-20 en Pittsburg. Es una especie de éxito.
Ciertamente, Sarkozy será capaz de alardear acerca de cómo su golpe en la mesa ha producido resultados. Pero el nuevo elemento -un posible tope en el fondo común del montante total de los bonus- es probable que tenga perversas consecuencias. Hay una manera mejor de dirigirse a la comprensible indignación del votante con el retorno de los megapagos.
Los tres líderes quieren ver si la remuneración variable total debería ser limitada a una porción fija de los ingresos o los beneficios de los bancos. La idea es ligeramente menos descabellada que intentar limitar el pago individual. Pero podría todavía tener extraños efectos. Si se controla el pago variable, los bancos sencillamente elevarán las bases salariales. Esto podría significar incluso que más banqueros sean recompensados por una quiebra la próxima vez que se produzca un hipo en el mercado. Endilgar a los bancos elevados costes fijos podría también significar que las instituciones financieras tendrían menos flexibilidad para responder a otra recesión.
El público debe tener un legítimo interés en la compensación bancaria. Es razonable dejar claro a los banqueros que no hay incentivos por manejar riesgos excesivos -pero que han sido ya cubiertos por el conjunto de principios establecidos en la anterior cumbre del G-20 en Londres-.
También es razonable dejar claro que los bancos no pagan tanto en compensación y que sus balances son demasiado débiles para soportar los shocks. Pero la mejor solución aquí es que los reguladores bancarios examinen las políticas compensatorias caso por caso -y dejar claro que la mayor prioridad de los bancos tiene que ser reponer sus fondos de capital-. Para muchos banqueros, esto probablemente signifique que los mensajes del regulador serán que no se paguen los voluminosos bonus acordados en la primera mitad de este año.
Pero la idea de una sencilla regla que produce la respuesta correcta para todos los bancos en todos los escenarios del ciclo -léase compensación limitada al 50% de los ingresos- es una promesa de alcanzar el cielo.
Hugo Dixon