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Pequeños gigantes | Xiloga

De residuo industrial a materia prima

Xiloga, firma gallega del grupoToysal, gestiona y revaloriza los residuos no peligrosos. Abono o material para el sector cementero son los nuevos usos.

Hablar de Xiloga es lo mismo que hablar de la principal compañía gallega de gestión de residuos no peligrosos. De hecho, se encarga de la gestión en Galicia de aproximadamente el 40% de este tipo de residuos. Su creación se remonta a 1998, cuando el grupo Toysal, al que pertenece Xiloga, decide adquirir los terrenos para desarrollar una estructura de gestión de residuos no peligrosos de la que hasta entonces carecía Galicia. Hoy, en el Ayuntamiento de As Somozas (La Coruña) se levanta uno de los complejos de gestión de residuos más completos de España. Y es que, tal y como reconocen desde Xiloga, lo que la empresa gallega ha desarrollado en La Coruña son unas instalaciones únicas en España, ya que tienen capacidad para acoger 200.000 toneladas de componentes diversos como escorias, arenas de moldeo, cascarillas metálicas, lodos inorgánicos y restos de materiales cerámicos, entre otros residuos.

"Una década después de nuestro nacimiento podemos asegurar que este complejo medioambiental de residuos no peligrosos es el único que cuenta con todas las autorizaciones que demandan tanto las autoridades autonómicas como municipales", asegura Víctor Toca, director general de Xiloga y del grupo Toysal. Los responsables presumen de la gestión medioambiental que se realiza en Xiloga. De hecho, fue la primera de España en adherirse al Sistema Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría Medioambiental (EMAS).

Xiloga tiene en As Somozas un complejo en el que se encuentra un laboratorio, una unidad de almacenamiento temporal, un depósito de residuos no peligrosos y un depósito de residuos inertes. La empresa, a lo largo de estos años, se ha especializado en los residuos no peligrosos, porque es donde se puede encontrar un mayor porcentaje de elementos valorizables o reutilizables. "En el tipo de residuos que gestionamos hay plásticos, maderas, metales, etc. Gran parte de estos residuos se pueden volver a utilizar, convirtiéndose en un subproducto con una nueva utilidad", dice Toca.

Buena prueba de esta afirmación es el hecho de que casi la mitad de los residuos que recibe Xiloga se reutilizan. "Existe un vaso donde se depositan los residuos con los que no podemos hacer nada, pero nuestro objetivo es arrojar allí lo menos posible", dice Toca. El hecho de valorizar la mayor parte del material atiende a una doble razón. Por un lado, un aspecto medioambiental, que prima en la empresa. Sin embargo, desde el punto de vista práctico también le interesa a sus responsables que el vaso se llene lo más lentamente posible. "Construir un vaso de este tipo cuesta mucho dinero y esfuerzo. Se trata de obras que lógicamente no son populares, por lo que no es fácil que un ayuntamiento autorice la construcción de nuevos vasos", reconoce Toca. "No hay que olvidar que el residuo más inocuo puede ser peligroso dependiendo de dónde se deposite. Un residuo no peligroso, si se arroja a un río o permitimos que la lluvia lo esparza, puede ser altamente contaminante".

Si algo tienen claro en Xiloga es la importancia de la I+D. Hoy, su laboratorio es tres veces más grande de lo que era cuando nació la empresa. A lo largo de estos más de 10 años la compañía gallega ha invertido en I+D el 3% de su facturación anual. Gran parte de la valorización de los residuos conlleva previamente estudios y pruebas en las propias instalaciones de la empresa. De ahí que se encuentren grandes plantaciones de trigo junto al complejo de Xiloga. "Estamos probando un nuevo abono elaborado a partir de cenizas de caldera de biomasa, madera y otros residuos. Parece que el resultado está siendo mejor de lo esperado", añade Toca.

Datos básicos

FacturaciónXiloga facturó en 2008 cuatro millones de euros. La facturación total del grupo Toysal, al que pertenece la empresa gallega, alcanzó los 14,6 millones de euros en 2008. Durante el ejercicio pasado, Toysal gestionó 140.000 toneladas de residuos, de las que 115.000 pertenecieron al área en la que trabaja Xiloga. La empresa gallega consigue que el 50% de esos residuos sean revalorizados y reutilizados como subproductos.EmpleadosActualmente, en la empresa trabajan 28 personas, de las que la mitad son tituladas superiores. El departamento de I+D lo componen tres trabajadores y a esta área la empresa destina aproximadamente el 3% de su facturación anual. El grupo da empleo directo a cerca de 300 trabajadores.InstalacionesLa sede de la empresa se encuentra en el ayuntamiento coruñés de As Somozas, en un polígono industrial conocido como el "polígono verde" por las actividades de las empresas que allí se encuentran. El complejo tiene capacidad para acoger 200.000 toneladas de residuos no peligrosos. En sus instalaciones hay un laboratorio, una unidad de almacenamiento temporal, un depósito de residuos no peligrosos y otro depósito de residuos inertes.

Una reutilización de los restos del aluminio

Xiloga cuenta con un importante departamento de I+D. Un trabajo habitual es la elaboración de sustratos para uso forestal o agrícola. "Uno de nuestros primeros proyectos fue un sustrato para la fertilización de un campo de cultivo de patatas en Xinzo de Limia, en la provincia de Orense", recuerda Víctor Toca. Además, añade que actualmente la empresa también trabaja en la producción de componentes para su uso en carreteras y taludes.Ahora, Xiloga está trabajando conjuntamente con la Universidad de Vigo en un ambicioso proyecto que cuenta con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y que pretende reutilizar los residuos del aluminio en la industria cementera. "Hasta hace poco este tipo de residuo se enterraba. Nosotros hemos demostrado que tiene aplicación en la industria del cemento", asegura Toca.El proyecto ha superado la fase de prueba con resultados muy positivos. El siguiente paso es obtener las autorizaciones necesarias para gestionar el aluminio, que está catalogado como residuo peligroso. El proyecto cuenta con una inversión de 1,7 millones de euros y tiene previsto producir 130.000 toneladas de este subproducto al año.

Proceso de gestión y asesoramiento

La historia de Xiloga y del grupo Toysal está ligada a la de su fundador, Víctor Toca (foto inferior), quien desde muy joven compaginó sus estudios con el trabajo. El nacimiento del grupo empresarial se remonta a 1982, cuando, junto con su mujer, Víctor Toca crea Toysal. Sin embargo, la relación del actual director general de Xiloga con este sector viene de varios años atrás. "En 1979 comencé a recoger cartón y plástico con un socio. Logramos tener una pequeña empresa con varios empleados, un camión y un par de contenedores", recuerda Toca, quien reconoce que durante años fue él mismo quien se sentaba a los mandos del camión.Hoy, el grupo Toysal, que el año pasado facturó 14,6 millones de euros, aglutina seis empresas (Toca Salgado, Tecliman, Recover Recuperación, Eco Galicia, Secogasa y Xiloga) donde trabajan cerca de 300 personas. Así, el grupo gallego consigue ofrecer sus servicios en diferentes áreas dentro de la gestión de residuos. Desde la recogida y transporte de los residuos hospitalarios de la mano de Secogasa, hasta la valorización y reutilización de residuos (Recover Recuperación y Xiloga).El grupo Toysal ofrece a la industria no sólo la gestión integral de sus residuos, sino también el asesoramiento en la elección del destino final de éstos. "Nuestros clientes son la propia industria. Estamos abiertos a cualquier cliente, bien para la gestión o para el asesoramiento".Por otro lado, el grupo Toysal no es ajeno a la situación económica actual. De hecho, sus responsables reconocen que cuando el tejido industrial se detiene, sus residuos también lo hacen. De ahí que las previsiones para este año sean conservadoras. Sin embargo, con el paso de los años la mentalidad empresarial de Víctor Toca ha ido cambiando. "Cuando se me pregunta qué me importa más hoy, si la parte medioambiental o la económica, tengo que reconocer que ahora tiene más peso la primera. Hoy todos estamos más o menos mentalizados de cómo se deben hacer las cosas medioambientalmente hablando. Pero aún nos encontramos con empresas que buscan soluciones económicas que muchas veces no son las correctas. Nosotros siempre intentamos hacer las cosas mejor", explica Toca.

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