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Columna
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El truco de los 300.000 millones

Las entidades chinas están en buena forma. Los grandes bancos cotizados del país reportaron balances de mitad de año ligeros en deuda tóxica. Hay que darle las gracias al rápido crecimiento chino y al increíble desvanecimiento de 300.000 millones de dólares.

Es la cifra de deuda tóxica de la que los tres grandes bancos se descargaron a principios de la década. Entonces, el Banco Popular creó cuatro compañías de gestión de activos para limpiar el polvo acumulado tras dos décadas de políticas de crédito dirigidas. Pero hubo pérdidas, y son cada vez más difíciles de ignorar.

El plan era que las gestoras hicieran desaparecer los créditos de riesgo de los grandes bancos, y recuperaran lo que pudieran en los años subsiguientes. A cambio, emitirían bonos cuyo interés se correspondería con lo que pudieran rescatar. Y así los bancos podrían dedicarse a prestar de nuevo.

Las gestoras compraron la deuda por el 100% de su valor nominal, y las recuperaciones se situaron en un rango de entre el 20% y el 30%. Eso quiere decir que los bonos por valor de 1,2 billones de yuanes que las grandes entidades compraron y que empiezan a vencer este año, han perdido casi todo su valor.

Por suerte, hay dos alternativas muy al estilo de China. Una es reinventar las gestoras como firmas de titulizaciones, proporcionándoles una fuente de ingresos extra, proceso que está en marcha. Incluso se habló de que los bancos compraran participaciones en las gestoras.

La otra es simplemente cumplir con el vencimiento de los bonos. Las cantidades no son pequeñas, y además los bancos han vuelto a prestar a instancias del estado. Los problemas podrían repetirse. Aún así, el ritmo de desarrollo chino amortiguará el daño. El PIB nominal casi se triplicó desde el cambio de siglo. Mientras China siga creciendo, los problemas de balance se reducirán. El peculiar truco de los 300.000 millones quizás funcione, después de todo.

Por John Foley

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