El póquer pisa fuerte en EE UU
El que fuera el rey del póquer ha torcido la mano. WPT Enterprises, la compañía matriz de la conocida World Poker Tour, subió la apuesta del juego hace unos años, ayudando a popularizar la que hoy es la modalidad de póquer más famosa: el Texas Hold'Em. La retransmisión de los torneos, que permite a los telespectadores ver la mano de los jugadores, fue su as escondido en la manga.
Durante su racha de suerte se consideraba que WPT podía estar valorada en 500 millones de dólares, y que la leyenda del póquer Doyle Brunson podría estar preparando su compra. Pero los propietarios de WPT no se levantaron de la mesa en el momento oportuno. Y ahora la están malvendiendo por calderilla: 12,3 millones y un pequeño porcentaje de los beneficios futuros.
PartyGaming, la compradora, ha tenido sus propios problemas. Sufrió un duro golpe en EE UU, cuando las Autoridades decidieron no permitir las apuestas online, lo que le costó 105 millones como pago al Departamento de Justicia por un acuerdo extrajudicial.
El juego de naipes más famoso goza de buena salud. El World Poker Tour es una marca reconocida cuyos torneos se retransmiten en 150 países y que acaba de cerrar un suculento acuerdo con Fox Sports para ofrecer la octava temporada en EE UU.
Sin embargo, la nueva apuesta de PartyGaming parece ser volver a la carga contra la legislación que prohíbe el juego en la web. Creen que esta vez los tribunales pueden ser más condescendientes. Y la verdad es que si les sale bien se llevarán un buen bote habiendo apostado poco.
Por Jeffrey Goldfarb.